Las decenas de libios que esperaban el sábado para ver el cadáver de Muammar Khadafi no compartían los escrúpulos de Occidente sobre el hecho de que muriera en manos de los combatientes que lo capturaron.
Dicen que si hubiera seguido con vida, podría haber alentado a sus partidarios a continuar su campaña contra los nuevos gobernantes libios, y que la Corte Penal Internacional sólo lo hubiera condenado a unos pocos años en prisión
Khadafi fue capturado el jueves en su ciudad natal, Sirte, en el último acto de una violenta rebelión contra sus 42 años de dictadura. Varias imágenes de video mostraron a un coronel confundido y ensangrentado siendo maltratado por una multitud furiosa.
Minutos después estaba muerto, despertando sospechas -negadas por el nuevo gobierno libio- de que probablemente murió a manos de sus captores.
Cuando se le preguntó si no hubiera sido mejor llevarlo a juicio, Abdulatif, un piloto, dijo: «¿Qué le diría él a la madre cuyos hijos murieron o cuyas hijas fueron violadas?».
«Si viviera y se lo matara mil veces sólo sería un poquito de lo que él hizo», agregó, junto a una cámara frigorífica en Misrata, 200 kilómetros al este de la capital libia, donde el cadáver de Khadafi está expuesto al público.
«Si lo entregaban al tribunal internacional hubiera vivido rodeado de lujo en Suiza, y quizá le hubieran impuesto una pena de 10 años de prisión. Así que es mejor que muriera», indicó.
Después de que las sangrientas imágenes de los momentos que llevaron al fallecimiento de Khadafi se reprodujeran en todo el mundo, Naciones Unidas pidió una investigación sobre su muerte.
Los Estados Unidos solicitaron a las autoridades libias un completo y transparente relato de lo sucedido. Ninguna de las decenas de personas que hicieron fila junto a la cámara frigorífica donde se conserva el cadáver del coronel compartía esa preocupación.
«Es mejor que haya sido ejecutado. ¿Quiere saber por qué? Porque sigue teniendo ayudantes y esos ayudantes continúan matándonos», afirmó Mohammed, también piloto.
Los habitantes de Misrata sienten un odio particular hacia el coronel muerto porque su ciudad sufrió más que ninguna otra durante la rebelión. Las fuerzas del régimen la mantuvieron sitiada durante meses y bombardearon sus edificios, incluso los hospitales.
Hassen Al-Setini, de 32 años, dijo que la Corte Penal Internacional, que había emitido una orden de arresto por Khadafi, hubiera sido muy indulgente. «Es mejor que haya muerto. Nunca se sabe, quizá su abogado hubiera conseguido liberarlo», aseveró.
«Si estuviera vivo para ser juzgado, sus partidarios continuarían luchando. La cabeza de la serpiente murió», comentó.
¿Crimen de guerra?
Mientras la muerte de Muammar Khadafi hizo las delicias de algunos líderes occidentales, otros se manifestaron contra lo que tildaron de una expresa violación a los derechos humanos. La voz cantante la llevaron Naciones Unidas, Amnesty International y Rusia. La organización pro derechos humanos dijo que el asesinato de Khadafi podría constituir un crimen de guerra.
En ese sentido, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo ayer que la ejecución del fundador de la Jamahiriya (República de Masas) constituyó una violación al tratado de Ginebra.
Por su parte, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pidió ayer a través de su vocero que se determine si Khadafi fue muerto en combate o si fue ajusticiado. “Nosotros creemos que hay necesidad de una investigación. Se necesitan más detalles para determinar si murió en alguna forma de enfrentamiento o si fue ejecutado tras su captura”, dijo el vocero del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.
En ese mismo consejo se había conformado un panel independiente para investigar abusos en Libia durante la revuelta contra Khadafi, que incluye al presidente de la Corte Penal Internacional (CPI), Phillipe Kirsch. En las últimas horas un alto funcionario del Consejo Nacional de Transición (CNT) confirmó la llegada a Trípoli de una delegación de la CPI para investigar la muerte del coronel.
Este organismo había pedido la detención del segundo hijo del coronel, Saif al Islam, por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la represión de las tempranas protestas. Cuando Trípoli cayó ante el asedio de los rebeldes, el vocero del régimen mandó al diablo a la CPI al ser consultado sobre su pedido de captura. En Ginebra, Colville no confirmó si el panel recomendará una investigación formal a nivel nacional o internacional.
El cadáver, un trofeo
En los primeros videos caseros que registran el momento en que Khadafi está con vida, se ve a los rebeldes llevándolo a la rastra, golpeando e insultándolo. Un ensangrentado Khadafi forcejeaba con ellos, tropezando, gritando y resistiéndose, mientras los combatientes lo subían por la fuerza a la caja de una camioneta, con la aparente intención de pasearlo como trofeo tras su captura a las afueras de Sirte. El otro material del que se dispone es del coronel ya sin vida sobre el pavimento. El cadáver fue paseado sobre el capot de un auto por Misrata.
“Si el coronel Khadafi fue asesinado después de su captura, constituiría un crimen de guerra y sus responsables deberían ser juzgados por ello”, dijo ayer Claudio Cordone, uno de los directores de AI. La organización advirtió al CNT que se necesita llevar a cabo una investigación transparente sobre la muerte de Khadafi, y respaldó a la ONU y la CPI.
“Si las nuevas autoridades libias son incapaces de garantizar una investigación imparcial e independiente, ésta debería ser llevada a cabo por organismos internacionales como la CPI o la ONU”, dijo AI en el comunicado.
El primer ministro libio, Mahmud Jibril, había informado en un primer momento que Khadafi había sido herido gravemente en la cabeza durante un tiroteo, mientras que otras fuentes del CNT dijeron que se desangró camino al hospital o que fue asesinado por soldados después de su captura. A la luz de las desinformaciones, AI le pidió al CNT una investigación transparente. “La nueva Libia debe construirse sobre el respeto a los derechos humanos y la justicia, no en la venganza por los errores del pasado”, aseveró Cordone.
Mientras tanto, el canciller ruso también pidió una investigación exhaustiva. “Debemos apoyarnos en los hechos y los tratados internacionales”, dijo Lavrov. “Aquéllos establecen que un actor capturado en un conflicto armado debería ser tratado de cierta manera. Sea como fuere, un prisionero de guerra no debería ser ultimado”, aseguró el alto funcionario.
Moscú ya venía anticipando su postura al vetar en el Consejo de Seguridad un paquete de sanciones contra Siria. En aquella oportunidad, el presidente Dimitri Medvedev aclaró que no quería en Damasco un escenario similar al de Libia, en donde las facultades de la OTAN para proteger vidas civiles se tornaron en una incursión bélica para derrocar al declarado enemigo de Occidente.