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Violencia en Italia tras anuncio de ajuste económico

En medio de violentas protestas, el Congreso de Italia aprobó un fuerte plan de ajuste de 54.000 millones de euros para alcanzar el equilibrio fiscal en 2013. Figuran subas del IVA y de las tasas a las rentas más altas.

En medio de violentas protestas que sacudieron las calles de Roma, el Parlamento italiano aprobó este miércoles de forma definitiva el plan de austeridad de 54.200 millones de euros con el fin de lograr el equilibrio fiscal en 2013, aliviar el acoso que sufre Italia por parte de los mercados y reducir su enorme deuda.

El plan había sido blindado en la tarde mediante una moción de confianza y ratificado definitivamente por los diputados con 314 votos a favor y 300 en contra.

Antes del voto, grupos de manifestantes protestaron frente al Parlamento, entre ellos militantes del sindicato independiente Cobas y USB, quienes insultaron al ex ministro Andrea Ronchi.

«Que la crisis la paguen los que la generaron», rezaban las pancartas. El plan de ajuste, que suscita el rechazo de buena parte de la población, aprieta el cinturón sobre todo a la clase media.

Las medidas fueron anunciadas a inicios de agosto por el gobierno de Silvio Berlusconi, después de que el primer plan adoptado en julio fuera considerado insuficiente por los mercados.

Las numerosas modificaciones que sufrió durante su paso por el Parlamento, con el fin de tranquilizar a algunos sectores de la mayoría parlamentaria, alimenta las preocupaciones de los inversionistas, que lo consideran poco creíble.

Entre las medidas adoptadas figura una suba del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) y un gravamen a los grandes patrimonios, menor de todos modos del que se proponía inicialmente. Además las mujeres se jubilarán a los 65 años en el sector privado y la medida se aplicará en 2014 en vez de en 2016.

El plan fue reforzado y pasó de 45.500 millones de euros a 54.200 millones. Entre los recortes votados figura la reducción de los gastos de los ministerios y de los municipios así como el incremento de la lucha contra la evasión fiscal, uno de los grandes males de Italia.

Con las medidas de austeridad, Italia, tercera economía de la Eurozona, intenta calmar el ataque de los mercados, nerviosos por su enorme deuda pública de alrededor de 1,9 billones de euros (2,7 billones de dólares), cercana al 120% de su PIB, y un crecimiento económico casi nulo.

El impuesto a los más ricos, que había sido abandonado recientemente, fue reintroducido pero será de menor importancia que el anterior, por presiones de Berlusconi, la tercera fortuna de Italia.

Fijado al 3%, el nuevo impuesto sólo se aplicará a aquellos hogares con ingresos superiores a los 300.000 euros anuales (423.000 dólares), cuando en un primer momento afectaba a todos los ingresos superiores a los 90.000 euros (127.000 dólares).

Las medidas fueron adoptadas después de que el lunes y el martes se registrara un fuerte aumento de las tasas de interés en la colocación de bonos italianos, una nueva señal de la desconfianza de los mercados.

Italia tuvo además que desmentir que haya solicitado a China la compra de su deuda, como escribió el diario económico Financial Times.

Criticado por los sindicatos, el plan es rechazado también por los industriales. «El plan no resuelve los problemas de Italia. Si no hay crecimiento, será insuficiente», advirtió Emma Marcegaglia, líder de la confederación de industriales.

En este contexto, tanto el gobierno como los parlamentarios estudian nuevas medidas. Massimo Corsaro, vicepresidente de los diputados del Partido de la Libertad de Berlusconi, propone un plan por 400.000 millones de euros, basado en privatizaciones, impuestos al patrimonio y reforma del sistema de pensiones con el objetivo de reducir la deuda pública al 90% del PIB.