El gobernador electo en Río Negro, Carlos Soria, cargó duro contra uno de los preferidos de la presidenta Cristina Kirchner, el periodista Horacio Verbistky.
«Verbitsky es un montonero trucho, que vendió compañeros», disparó Soria, a dos días de su triunfo.
Así, rompió el silencio y, en una entrevista con el diario Tiempo Argentino, contestó la columna en la que el periodistas, al que en la propia Casa Rosada califican de «Ministro sin despacho», lo acusaba de ser «el límite de lo tolerable dentro del kirchnerismo».
«Él no podrá salir del país por hablar mentiras», advirtió el rionegrino. «Va a tener que dar explicaciones», advirtió.
Enojado por los cuestionamientos de autos de «Ezeiza» y «Robo para la corona», Soria se quejó: «Nunca vi a los intelectuales hablar de los problemas de Río Negro, ni siquiera cuando un gobernador se robó un banco», lanzó.
En su columna dominical, el día de la votación, Verbitsky publicó una foto de Soria mientras cenaba con el criminal de guerra nazi Erich Priebke, y lo caratuló como «uno de los personajes más oscuros de la larga década menemista-duhaldista».
Soria embistió contra los intelectuales oficialistas, y consideró errónea la lectura que interpreta la elección que ganó como una contienda entre dos candidatos alineados a la Rosada, por él y César Barbeito, el radical K.
«Eso es un error de ciertos intelectuales truchos que pululan por las radios tratando de vivir de la política», disparó.