(Salta, setiembre 15 de 2011) – Más de 550.000 personas participaron en Salta en la procesión en honor al Señor y la Virgen del Milagro, en una tarde soleada y calurosa, en la que el arzobispo Mario Cargnello manifestó que «la persona humana es sagrada».
Cargnello se refirió «al valor de la vida en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte» y aseguró que «la persona humana es sagrada», y «no es un objeto funcional».
La procesión comenzó con la salida de la catedral basílica mayor de Salta de la Cruz Primitiva, después lo hizo la imagen de la Virgen de las Lágrimas y posteriormente la de la Virgen del Milagro, a las 16.10, mientras que 20 minutos después partió en procesión el Señor del Milagro.
Una tarde soleada con 31 grados de temperatura fue el marco de esta concurrida procesión, de la que tomaron parte más de 550.000 personas, según las estimaciones de la policía salteña y del gobierno provincial.
Pañuelos blancos saludaban el paso de las imágenes por las calles de la ciudad hasta el monumento 20 de Febrero, que recuerda la Batalla de Salta de 1813.
Allí se renovó el tradicional Pacto de Fidelidad del pueblo con los patronos tutelares de Salta, en cuyo marco Cargnello hizo una fuerte defensa de los postulados católicos sobre la vida, en particular, de rechazo al aborto.
«En una cultura que pretende limitar la vida en cualquier manera, queremos presentar el dolor de los que no alcanzan a nacer, de los niños sin padres, de los padres y madres que pelean por rescatar a sus hijos del flagelo de la droga, de los enfermos, de los ancianos abandonados, de los que no encuentran trabajo», dijo.
El arzobispo de Salta manifestó que «nos queremos comprometer con valentía y confianza en la misión de toda iglesia que camina en América Latina y el país», tras lo que hizo especial hincapié en el «compromiso misionero» de la Arquidiócesis de Salta.
«Todos estamos llamados a ser misioneros. De modo particular quiero invitar a los jóvenes para que se conviertan en protagonistas de la misión de nuestra diócesis», remarcó Cargnello.
Finalmente, el arzobispo afirmó que «no somos cristianos sin iglesia» y se manifestó a favor de «profundizar nuestra relación con la palabra de Dios», para pronunciar luego la oración de renovación del Pacto de Fidelidad.
Posteriormente, se entonó el Himno Nacional, y fueron llevadas de regreso a la catedral basílica, donde minutos después de las 20 ingresaron en templo bajo una emotiva lluvia de claveles blancos y rojos, y el incesante tañer de las campanas.
En el atrio de la catedral, el arzobispo agradeció a todos los que hicieron posible la realización de esta nueva edición de la celebración religiosa, para luego impartir la bendición a los participantes de la festividad.
La procesión, que culminó a las 20.10, cuando se cerraron las puertas de la catedral, fue acompañada por el gobernador, Juan Manuel Urtubey; el vicegobernador, Andrés Zottos; el intendente, Miguel Isa, y autoridades de los poderes Judicial y Legislativo salteños.
La Fiesta del Milagro, que cumplió 319 años, tiene su origen en la fundación misma de la ciudad de Salta, en abril de 1582, cuando llegó por la tierra norteña el obispo español fray Francisco de Vitoria, quien diez años después envió desde España dos imágenes de una virgen y de un Cristo crucificado para Córdoba y Salta.
Inexplicablemente, las dos imágenes aparecieron flotando en las aguas del Pacífico, a la altura del puerto del Callao, en Perú, desde donde fueron trasladadas al destino original por orden del virrey García Hurtado de Mendoza.
El Cristo llegó a la catedral salteña, donde quedó olvidado por casi un siglo, hasta que intensos terremotos sacudieron el suelo del territorio salteño el 13 de septiembre de 1692, por lo que desapareció la ciudad de Esteco.
En el marco de estos movimientos telúricos, el padre José Carrión pidió sacar el Cristo crucificado en procesión, y en ese momento cesaron los terremotos, lo que fue considerado como un milagro.
Luego de la procesión, al reingresar al templo, una imagen de la Virgen María que permanecía en el lugar estaba intacta frente al altar, como suplicando, mientras que el resto de la iglesia se encontraba destruido.
Allí comenzó el culto en honor al Señor y la Virgen del Milagro en Salta, que con el paso del tiempo se convirtió en una de las celebraciones religiosas más importantes del país, que este año contó con un fuerte operativo de seguridad y del Servicio de Atención Médica en Emergencias y Catástrofes (SAMEC).
Las actividades de esta edición de la fiesta comenzaron el 30 de julio, con la entronización de las imágenes, y continuaron el 6 de septiembre, con el inicio de la Novena, tras lo que se realizó el Triduo de Pontificales, que culminó esta mañana.
Para participar de la procesión llegaron a la ciudad de Salta miles de peregrinos desde distintos rincones de la provincia, caminando kilómetros, y también lo hicieron feligreses de otras provincias y del exterior..