El Reino Unido no hará especulaciones sobre la advertencia de la presidenta, Cristina Fernández, de que podría suspender el acuerdo que establece un vuelo regular entre Chile y las islas Malvinas con escala en territorio argentino, dijo hoy el portavoz de la embajada británica en Buenos Aires.
El diplomático, quien pidió no ser identificado por reglas internas de esa embajada, afirmó a su vez que el Reino Unido no tiene dudas sobre la soberanía británica del archipiélago.
«No estamos preparados para especular» sobre la advertencia de Fernández, dijo el diplomático sin dar más detalles.
«Nada para negociar». Agregó que el Reino Unido «no tiene ninguna duda de que las islas Malvinas son británicas» y puntualizó que «no hay nada para negociar hasta que en ejercicio de su autodeterminación los isleños no pidan que se negocie».
El funcionario se pronunció así sobre el exhorto que hizo ayer Fernández ante la asamblea general de la ONU para que el Reino Unido, bajo cuyo dominio está el archipiélago desde 1833, se avenga a iniciar un diálogo tal como instó el organismo multilateral en varias resoluciones (ver Malvinas: Cristina insistió en la necesidad de diálogo con Gran Bretaña, 21/09/11).
En su intervención, Fernández amenazó además con suspender «acuerdos transitorios» firmados con ese país si Londres no acepta negociar. Dijo estar dispuesta a «esperar un tiempo más» para que se inicie el diálogo antes de tomar la decisión de revisar dichos acuerdos.
Si la amenaza se cumple, quedaría suspendido el vuelo semanal que conecta las islas con el continente haciendo escala en la ciudad patagónica de Río Gallegos, acordado en un convenio de 1999 durante la presidencia de Carlos Menem. El vuelo operado por LAN Chile sale de ese país con destino a las islas y hace escala en Río Gallegos dos veces al mes.
Antes del acuerdo de 1999, los vuelos entre Chile y el archipiélago no podían sobrevolar el espacio aéreo argentino ni hacer paradas en su territorio.
Argentina y el Reino Unido libraron una guerra en 1982 por la soberanía de las islas Malvinas, situada en el Atlántico Sur, en la que el país sudamericano resultó derrotado.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo en junio en una sesión en la Cámara de los Comunes que «mientras las islas Falklands quieran ser territorio soberano británico deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto. Final de la historia».
Fernández respondió que expresiones como las de Cameron demuestran que «en el siglo 21 (los británicos) siguen siendo una burda potencia colonial en decadencia».