El índice que mide la pobreza en Estados Unidos creció por tercer año consecutivo y la cifra del 15,1% informada para el año 2010 significa que 46,2 millones de personas vivían en condiciones de pobreza el año pasado, informó la oficina del Censo norteamericana.
Se trata del indicador más alto desde 1983 (aunque empatado con 1993), pero es 7,3 puntos porcentuales más baja que el record de 1959, cuando se empezaron a preparar estos reportes, según un despacho de la agencia de noticias Ansa.
Para las estadísticas de Washington, se consideran pobres las personas que son parte de familias de cuatro personas cuyos ingresos no superan los 22.314 dólares anuales.
El Censo señaló que la pobreza creció entre el 2009 y el 2010 para los blancos no hispanos y para los afroamericanos, pero -de todas maneras- los blancos siguen conformando el grupo étnico menos afectado por el problema (con una tasa del 9,4%), que en cambio sufre el 25,8% de los estadounidenses de raza negra.
La pobreza sigue siendo también mucho más alta que el promedio entre los hispanos, con un 25,3%, indicó el reporte.
Por su lado, un 12,5% de los asiáticos vive debajo de la línea de pobreza estadounidense.
Según el reporte, son además 49,9 millones de personas las que no cuentan con seguro médico en el país.
«Desde el 2007, el año previo a la más reciente recesión, el promedio de ingreso real de los hogares ha declinado 6,4%», dijo la oficina del Censo, que reveló además que la tasa de pobreza del año pasado «fue la más alta desde 1993».
También mostró la cara de la diferencia de género: en el 2010, los ingresos de las mujeres que trabajaron tiempo completo representó apenas el 77% de lo que ganaron los varones, aunque esa proporción no varió respecto del 2009.
Las perspectivas para los estadounidenses que viven en la pobreza no son las mejores, si se tiene en cuenta que el país está sufriendo un índice de desempleo del 9,1% y son cada vez más los norteamericanos que no pueden conseguir trabajo.
En el pasado mes de julio, eran 15 millones los desempleados en el país.
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viene intentando sin éxito resucitar la economía del país, golpeada por la recesión, y generar la creación de puestos de trabajo.
El jueves de la semana pasada, Obama presentó ante el Congreso un proyecto de ley justamente con ese objetivo.
Las medidas propuestas por el presidente incluyen incentivos fiscales, construcción de infraestructuras, modernización de escuelas y un aumento de impuestos para los estadounidenses más ricos.
«Aprueben esta ley, y cientos de miles de jóvenes en situación de desventaja tendrán la esperanza y la dignidad de conseguir un empleo de verano el próximo año -le dijo Obama el jueves último a los congresistas-. Y sus padres, estadounidenses de bajos ingresos que quieren trabajar desesperadamente, tendrán más caminos para salir de la pobreza», afirmó.
Las estadísticas de la oficina del Censo indicaron que el promedio de ingresos para los estadounidenses fue de 49.445 dólares al año, una caída del 2,3% respecto del año anterior. Y si bien el 2010 fue el tercer año consecutivo de aumento del índice de pobreza, fue el cuarto corrido en crecer el número total de personas pobres, indicó.