El gobierno de Muammar Kadhafi se desmorona, mientras los insurgentes buscan al líder que rigió el país 42 años, se preparan para tomar el poder luego de conquistar gran parte de la capital de Libia y se posicionan en las principales instituciones, tras seis meses de enfrentamientos apoyados por los ataques aéreos de la Otan.
Hasta ahora se desconoce el paradero de Kadhafi, aunque alrededor del complejo Bab al-Aziziya -el bunker del mandatario libio en Trípoli- se registraban hoy fuertes combates entre las fuerzas libias y los rebeldes, que llegaron al corazón de la ciudad mientras una multitud salía a las calles en el fin de una era.
Las fuerzas opositoras al régimen del líder libio afirman controlar «un 95 por ciento» de Trípoli.
Previamente, los insurgentes entraron en la Plaza Verde, un lugar emblemático para el régimen que lo usaba hasta hace poco para las manifestaciones masivas de apoyo a Kadhafi. El lugar fue rebautizado por los rebeldes como «Plaza de los Mártires».
El presidente del Consejo Transitorio libio (CNT, órgano político de la rebelión), Mustafa Abdul Yalil, dio hoy por terminada la era del coronel Kadhafi después de cuatro décadas, desde Bengasi, «capital» de la insurgencia en el este del país norafricano.
¿Dónde está? Abdul Yalil hizo además un llamamiento a los insurgentes para que mantengan la calma y prevalezca la razón, así como para evitar actitudes de venganza.
El funcionario manifestó también que «nadie sabe dónde se ecuentra Kadhafi», pero esperamos «capturar vivo» al mandatario, informó la agencia de noticias DPA.
En medio de especulaciones que apuntan a que Kadhafi se fue del país, Estados Unidos dijo hoy que cree que sigue en Libia.
«Pensamos que sigue en el país. No tenemos informaciones de que lo haya abandonado», declaró el portavoz del Pentágono, el coronel David Lapan.
La Otan, preparada. Mientras, los aviones de la Otan se preparan para bombardear el búnker de Kadhafi, según los insurgentes, mientras su cúpula intenta evitar saqueos y que se destruyan instalaciones oficiales en Trípoli.
En tanto, dos hijos de Kadhafi fueron detenidos la noche del domingo en Trípoli, mientras que un tercero, que se encontraba bajo arresto domiciliario, al parecer escapó (ver Afirman que el hijo de Kadhafi logró escapar de sus captores).
La Corte Penal Internacional (CPI) habló hoy con los insurgentes sobre la entrega del hijo de Kadhafi Saif al Islam. El fiscal jefe de la CPI, Luis Moreno Ocampo, confía en que sean llevados ante la Justicia tanto Saif al Islam como su cuñado, el jefe de los servicios secretos Abdullah Senussi.
Contra todos ellos se emitieron órdenes internacionales de arresto por crímenes contra la humanidad.
El CNT, sin embargo, dijo en varias ocasiones que quiere juzgar a Kadhafi y su gente en Libia.
Mandatarios de todo el mundo exigieron a Kadhafi la capitulación inmediata para evitar un mayor derramamiento de sangre y aseguraron que ayudarán al país norteafricano en la reconstrucción (ver Obama, sobre el regimen de Kadhafi: Está llegando a un final).
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, afirmó que «hoy empieza en Libia una nueva era», mientras que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon garantizó hoy la ayuda de las Naciones Unidas a la construcción de una sociedad democrática en Libia.
Conflicto. Libia registra un conflicto desde febrero pasado, cuando protestas y levantamientos de rebeldes que exigían la salida de Kadhafi fueron reprimidos.
El Consejo de Seguridad de la ONU impuso una zona de exclusión aérea sobre Libia para «proteger a la población civil». Después, una coalición de países occidentales -Reino Unido, Estados Unidos y Francia- lanzaron una operación militar y el 31 de marzo, su mando fue asumido por la Otan.
El mandato para llevarla a cabo expiraba el 27 de junio. Pero el 1 de junio fue prorrogado por 90 días, hasta finales de septiembre.
La decisión de la ONU de intervenir en Libia dista de la postura tomada en Siria, donde al menos murieron ya 2.000 personas desde que estallaron las revueltas antigubernamentales en febrero pasado.