En el año 2007, Elisa Carrió se postulaba como la primera oposición en la Argentina, tras ubicarse segunda en los comicios presidenciales, detrás de Cristina Kirchner, con casi cuatro millones y medios de votos.
Sin embargo, en tan sólo cuatro años su capital político parecería haberse dilapidado. Con el 20% de las mesas escrutadas, la líder de la Coalición Cívica tiene tan sólo el 3,22% de los votos emitidos. De mantenerse esta tendencia, la actual diputada nacional obtendría alrededor de 600.000 sufragios. Eso significa que la dirigente habría perdido cerca del 86% de los apoyos cosechados en 2007.
Pasadas las 21:30, cuando ya se conocían los primeros guarismos oficiales, el candidato a vicepresidente de la Coalición Cívica, Adrián Pérez, salió, acompañado de los principales dirigentes del partido, a pedir «calma» y esperar a que avance el escrutinio. Carrió, sin embargo, no se presentó.