Alrededor de 53 personas murieron en un ataque a un casino de la ciudad mexicana de Monterrey (norte), que provocó un gran incendio, dijo a la prensa el fiscal del estado de Nuevo León, Adrián de la Garza.
«Tenemos alrededor de 40 víctimas, sin embargo podrá subir» la cifra, dijo en las últimas horas afuera del casino, De la Garza, procurador de Nuevo León, cuya capital es Monterrey. Informaciones de último momento sostienen que la cantidad de muertos llegó a 53.
El gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, informó al diario Milenio que el atentado fue realizado por seis hombres que llegaron al casino en dos automóviles. El Casino Royale, un local de más de 1.720 m2 pudo haber sido incendiado «con líquidos inflamables como gasolina», añadió Medina. Las tareas de rescate fueron momentáneamente suspendidas por la extremada inestabilidad del piso superior.
El presidente de México, Felipe Calderón, condenó en su cuenta de Twitter el ataque al casino Royale. «Con profunda consternación expreso mi solidaridad con Nuevo León y con las víctimas del aberrante acto de terror y de barbarie», dijo el mandatario.
El director de Protección Civil, Jorge Camacho, explicó que la magnitud de la tragedia se debe a que al oír las detonaciones causadas por el incendio, las personas que se encontraban en el interior del casino se refugiaron en los baños u oficinas en vez de usar la salida de emergencia, sin saber que el fuego se propagaba rápidamente en el interior del lugar.
Los bomberos tardaron casi cuatro horas en controlar el incendio y tuvieron que romper las paredes con una máquina retroexcavadora para rescatar a personas atrapadas y los cadáveres.
El casino atacado es propiedad del Grupo Royale, que posee establecimientos en las ciudades de Monterrey, Mazatlán, Los Cabos y Escobedo.
Otros ataques. Menos de 24 horas antes del atentado al Casino Royale, otro establecimiento fue atacado con una granada en la vecina ciudad de Saltillo, en el estado de Coahuila.
De acuerdo con la agencia francesa AFP, versiones periodísticas señalan que varios casinos de Monterrey han sido atacados -el último, en mayo pasado- porque sus dueños se han negado a pagar extorsiones, otra fuente de ingresos de los narcotraficantes.
Nuevo León es uno de los escenarios más afectados por las pugnas entre narcotraficantes, que junto con los operativos de las fuerzas de seguridad han dejado un saldo de más de 41.000 muertos desde diciembre de 2006, cuando el gobierno puso en marcha una estrategia para combatirlos con la participación del ejército.