Se espera también que este anuncio marque el camino para futuros retiros a partir de ahora y hasta fines de 2012, incluyendo las tropas que fueron enviadas a principios del año pasado y como parte de una estrategia para limpiar terroristas talibanes al sur de la región.
Las acciones para remover un total de cien mil tropas han sido un inconveniente constante entre la Casa Blanca y la administración del Ejército de los Estados Unidos, quienes recomendaron esperar a que las ganancias del último año se solidifiquen antes de proceder.
La administración espera poder combinar el anuncio de Obama, con el progreso dentro de las negociaciones para una reconciliación política con líderes talibanes. Pero las discusiones se han estancado en varias rondas de conversación entre los oficiales norteamericanos y los interlocutores talibanes, primero en Qatar y después en Alemania.
Obama ha estado bajo presión en lo que al retiro de tropas respecta, presión que deviene de sus propios asesores que creen que la campaña militar ha sobrepasado las expectativas, alegando que la muerte de Osama Bin Laden el mes pasado, ha debilitado considerablemente a Al Qaeda.
El presidente de los Estados Unidos se ha pasado las últimas semanas discutiendo estas cuestiones, solo y en distintos grupos.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, explicó que Obama todavía estaba terminando de definir su decisión, pero que «el anuncio se haría pronto».