Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto: son conocidas por su apellido de casadas y dirigen dos organizaciones que defienden causas por los derechos humanos. Sin embargo, desde los años 70 son numerosas las diferencias que las han mantenido en una oscilante distancia que ahora vuelve a ampliarse.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, pidió expresamente esta semana que «no las confundan» con la organización Madres de Plaza de Mayo que lidera Hebe de Bonafini y reclamó que se «investigue hasta las últimas consecuencias» el escándalo de Sergio Schoklender.
“Nacimos en el mismo momento pero tenemos objetivos, tácticas, disciplinas y actitudes totalmente distintas”, remarcó Carlotto.
Un poco de historia
Hebe María Pastor se casó en Humberto Alfredo Bonafini, tuvo tres hijos y era ama de casa cuando en 1977, dos de sus hijos y su nuera fueron secuestrados y desaparecidos. Esto fue la que la impulsó a convertirse en una activista política.
Estela Barnes, casada con Guido Carlotto, también era una ama de casa con cuatro hijos cuando en noviembre de 1977 fue secuestrada su hija mientras estaba embarazada. El cadáver de la joven de 24 años le fue entregado un año después.
Estela de Carlotto comenzó entonces a buscar y exigir la aparición de su nieto y de los demás niños secuestrados por las fuerzas militares durante la dictadura militar y así se convirtió en una de las fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y su presidenta histórica.
La decisión de ir en busca de los nietos, y no de sus hijos marcó una clara división entre esta agrupación y Madres de Plaza de Mayo, dirigida por Hebe de Bonafini.
El tiempo marcó más distanciamientos para la agrupación comandada por Hebe.
Al interior de Madres, las diferencias políticas originaron la separación de la organización en dos grupos en 1986, Madres y Madres Línea Fundadora. En esa época, era criticada la conducción de Bonafini por supuesta falta de democracia interna de un lado y acusaciones de apoyar al presidente argentino de ese momento, Raúl Alfonsín, del otro.
Con el gobierno de Néstor Kirchner y el veto a las leyes de obediencia debida y punto final, la lucha de la Asociación Madres de Plaza de Mayo se diversificó. Además de acompañar los juicios a los represores de la dictadura militar, la organización lanzó nuevos emprendimientos, como los planes de construcción de viviendas sociales (que ahora son el corazón del escándalo Schoklender), y la Universidad de las Madres, entre otros, que no han recibido el apoyo ni de Abuelas ni de Madres Línea Fundadora.
Carlotto y Bonafini, dos estilos
Conocida por su carácter fuerte y sus declaraciones explosivas, Hebe de Bonafini se definió a sí misma como “prepotente” por “pararse ante el poder y poner el cuerpo”.
Uno de los referentes sociales más mediáticos de la Argentina en la última década, Hebe ha opinado sobre numerosos temas a nivel local y mundial. Se manifestó en contra de la política externa de Estados Unidos y de Israel, del neoliberalismo y del FMI. Además, manifestó abiertamente su apoyo a los distintos grupos armados como las FARC de Colombia y la ETA de España.
Estela de Carlotto, por otro lado, siempre se mostró más moderada en su discurso y su actitud, en comparación a su par de Madres.
Como ejemplo, entre las intervenciones más polémicas de ambas, se encuentran las posturas mantenidas durante el conflicto con el campo en 2008. Bonafini pidió cárcel para los ruralistas que cortaban ilegalmente rutas del país y los tildó de “golpistas” recordando su vinculación a los sectores militares que llevaron a cabo el Proceso de Reorganización Nacional. Carlotto también criticó en su momento, aunque con más calma, a los productores agropecuarios, por «desperdiciar alimentos» y por la forma en que se llevaba a cabo la protesta.
Pocas veces se han disparado fuego cruzado. Hebe supo criticar a Carlotto por haber dialogado con los diferentes gobiernos de turno, incluso con el de Carlos Menem, la gestión que impuso los subsidios a las víctimas de la dictadura. Y también supo cuestionar la entrada en la política de Remo Carlotto, hijo de Estela.
Hasta la llegada de Kirchner, Bonafini y Carlotto llevaban años sin hablarse. En los últimos tiempos, la relación mejoró aunque a niveles mínimos. Ahora, vuelven a relucir viejas diferencias. Aunque el pasado une a ambas mujeres, el presente cobra mayor fuerza y divide las aguas otra vez.