La nota remitida a la aerolínea Andes argumenta en base a una denuncia realizada por tripulantes de la firma el pasado 24 de mayo en donde se advierte sobre incumplimientos de las normas vigentes en lo relativo a “tiempos máximos de servicio, vuelo y mínimos de descanso de las tripulaciones”.
“Esto así por una interpretación antojadiza de la norma en cuestión (decreto 671/94), que con claridad realiza una previsión relativa de no laborar por más de 24 (veinticuatro horas) consecutivas, pero que es interpretada por la empresas ANDES Líneas Aéreas como 24 (veinticuatro horas) diarias”, argumentó el gremialista.
Frecia denunció que otras “compañeras” que decidieron “bajarse” de los vuelos por no respetarse las normas de seguridad fueron discriminadas por los directivos de la aerolínea en cuanto a que “no obtienen beneficios que otras tripulantes de cabina más dóciles sí”.
Como ejemplo, el gremio citó el de Guadalupe González, una azafata que denunció “gritos y amenazas” de su superior, Paola Rastellino, cuando intentó bajarse de un vuelo que no cumplía con normas de seguridad.
“Entretanto, se acercó a esta tripulante Hugo Pascual, asesor en factores humanos, para indicarle que desde el gremio que conduzco se estaba usando al tripulante de cabina, y que tenía una conducta agresiva contraria al deseo de la patronal”, continuó la denuncia.
Frecia advirtió también sobre cuestiones ligadas al mantenimiento de las aeronaves. “Los mecánicos que no pueden cumplir con sus tareas por falta de recursos (básicamente: no hay dinero destinado a la compra de repuestos adecuados, o se abaratan los costos de mantenimiento comprando repuestos artesanales)”, detalla el acta que fue girada a la ANAC.
Además, el gremialista advirtió que los inspectores no cumplen con sus deberes. “Esto es así porque en vez de realizar sus tareas, ocupan en los vuelos las zonas de descanso de la tripulación, y allí viajan, generalmente durmiendo”, argumentó.
De hecho, detalló que el día posterior a la tragedia de Sol en Río Negro, una aeronave de Andes debió aterrizar de emergencia en Ezeiza por un desperfecto técnico: “rudder limitado”.
Sol, la compañía de la tragedia
En otro escrito también girado hoy por Frecia, se apunta directamente contra la aerolínea Sol, propietaria del avión que cayó a tierra en Río Negro por causas que aún son investigadas por los especialistas del sector.
“Desde la madrugada misma posterior al accidente, las TCP de la empresa, que se encuentran en estado de conmoción emocional, y se declaran con temor a volver a volar hasta tanto se realicen las investigaciones sobre el resto de la flota de SOL solicitada por este gremio ante la Justicia, están recibiendo constantemente llamados telefónicos y correos electrónicos intimándolas a que retomen tareas o en su defecto informen qué día estarán en condiciones de hacerlo, asistan a reuniones con psicólogos o diversos ejecutivos de la empresa, etc., en algo que interpretamos lisa y llanamente como un acoso/presión tendiente a persuadirlas”, indicó Frecia.
Según la denuncia del gremio, la empresa Sol se negó también a que las tripulantes reciban asistencia letrada durante los encuentros programados con los directivos de la aerolínea para encausar su situación.