(Río Grande, 20 de junio de 2011) – James Peck, el primer malvinense que ha recibido la ciudadanía argentina, afirma haber recibido amenazas y los isleños le consideran un traidor, pero insiste en que no hizo nada malo y que aún conserva su nacionalidad británica.
«He recibido mensajes diciendo que si vuelvo (a las Malvinas) me disparan», señaló en una entrevista con el diario The Times publicada hoy, y en la que asegura que aún tiene pasaporte británico, a menos –dice– que «haya sido anulado en mi ausencia».
Peck, que vive en Argentina desde hace varios años, se convirtió la semana pasada en la primera persona nacida en las islas que pide y obtiene una partida de nacimiento del país suramericano, que reclama la soberanía de las Malvinas desde 1833.
En su entrevista concedida al diario en su casa de Buenos Aires, Peck afirma que su decisión responde a una cuestión práctica porque hace 18 meses se separó de su mujer argentina y quiere vivir cerca de sus hijos, pero se le hacía muy difícil siendo británico.
«No me voy a separar de mis hijos por este lío que tenemos por las islas», dijo Peck, y resalta que nunca fue su intención ofender a nadie, «no está pensado para insultar a los soldados británicos».
El malvinense –artista de 42 años– tenía 13 cuando el Reino Unido y Argentina se enfrentaron en el conflicto armado (1982) y su padre, jefe de Policía de las islas, participó en la guerra junto al Regimiento de Paracaidistas británico.
«Fue bastante terrible –dijo–. Los aviones caían y había cuerpos en las calles y armas que me apuntaban. Todo el asunto fue bastante una locura, me afectó mucho y me ha llevado varios años superarlo».
Peck cree que las secuelas de la guerra llevaron al fracaso de su matrimonio, puesto que nunca podía relajarse cuando estaba con la familia de su mujer.
«Yo pienso que no deberíamos pelearnos o discutir más. Estamos muy cerca, apenas varios cientos de millas de las costas de aquí, y no pienso que 29 años después de la guerra tenga que haber aún tanta animosidad», agregó.
En su opinión, cualquier solución futura al problema de las islas debe reflejar los deseos de todas las partes involucradas: el Reino Unido, Argentina y los isleños.
«Creo que el Reino Unido y Argentina están tan separados políticamente que no les veo con capacidad para hacer nada», añadió.
Los dos países se enfrentaron en 1982 en una guerra por la posesión de las islas que terminó con la rendición argentina el 14 de junio de ese año.