(Río Grande, mayo 12 de 2011) – Varias decenas de hinchas de Real Madrid y Estrella Austral se enfrentaron a medianoche en las calles de Chacra II, en una batalla campal de proporciones que conmovió a los vecinos durante cerca de media hora.
El partido que ambos equipos disputaban en el estadio Polideportivo Carlos Margalot debió suspenderse a poco del final cuando parciales de uno y otro bando comenzaron a golpearse dentro del estadio, armados de botellas y piedras.
Las corridas continuaron fuera del estadio, por las calles de la zona, derivando en una violenta batalla que conmocionó al vecindario. Al llegar la policía, ambas parcialidades decidieron unirse para enfrentar a los uniformados, por lo que los incidentes cobraron inusitado vigor.
Enseguida, seis patrulleros y unos cincuenta efectivos intentaban contener a los violentos, disparando balas de goma. Según los testigos, también un automóvil que circulaba por el sector recibió una bala de plomo de origen desconocido, aunque algunas versiones indicaban que la bala provino de un arma reglamentaria que cayó al suelo durante las corridas.
Como saldo provisorio quedó en el lugar un patrullero con esus vidrios strozados y al menos 15 detenidos. No se reportaron heridos en forma oficial.
De alto riesgo
Real Madrid y Estrella Austral disputaban en el Margalot un encuentro de la 7ma. Fecha de la Federación Fueguina de Futbol de Salón, con transmisión televisiva.
A pesar de ser considerado un partido “de alto riesgo” por los antecedentes violentos de las hinchadas, insólitamente, un solo efectivo policial estaba afectado a la seguridad del evento.
A uso 5 minutos del final, algunos hinchas comenzaron a retirarse del estadio pero les fue interrumpido el paso por militantes del bando contrario, lo que generó el primer enfrentamiento al pie de las tribunas y en la salida por Prefectura Naval.
Un reguero de botellas de cerveza, piedras y restos de las instalaciones del estadio quedaron en el recinto, mientras la pelea seguía en las calles y el partido era interrumpido definitivamente por las autoridades.
Afuera sonaban los ecos de la batalla campal, sirenas de patrulleros y balazos de goma.
Personal de servicio dentro del estadio reclamaba por las roturas sufridas y por la falta de previsión de la Federación que se niega a pagar policías adicionales para la custodia de los partidos.