El gigante holandés de electrónica anunció hoy que se retirará de la fabricación de televisores, en parte debido al gran salto de los fabricantes asiáticos que, según dio a entender, opacaron su negocio.
«Los competidores han vendido a precio de saldo sus televisores, y han destruido por completo el mercado», explicó a la agencia AFP Sjoerd Ummels, analista de ING.
El grupo holandés se enfrenta al japonés Sony y sobre todo a los surcoreanos Samsung Electronics y LG Electronics, que bajaron los precios de sus televisores gracias a un modelo de producción de alto rendimiento, beneficiado por una divisa nacional debilitada.
«En los últimos diez años, Philips ha perdido una importante parte de mercado, pasando de más de 10% a entre 5 y 6%», destaca el analista de ING. La venta de televisores Philips, fabricados en Brasil, Argentina y Hungría, representaba en 2005 el 25% de la cifra de negocios total del grupo, frente a apenas el 13% en 2010.
«Encontrar una solución para nuestro sector de televisores era nuestra prioridad absoluta», declaró el director ejecutivo de Philips, Frans van Houten, al presentar los resultados del primer trimestre, en el que esa actividad registró una pérdida operativa de 106 millones de euros.
El beneficio neto del grupo se redujo un 31,3% en el primer trimestre, quedando en 138 millones de euros, por debajo de las expectativas de los analistas consultados por Dow Jones Newswires (152 millones).
Fundado en 1891, el grupo holandés fabricó en 1950 sus primeros televisores en blanco y negro, destinados al mercado nacional.
La producción de televisores en color comenzó en 1962 y culminará sobre el final de 2011 cuando se convierta en una coempresa, en la que Philips conservará una participación del 30%.
La parte restante será vendida a TPV Technology, especialista en pantallas LCD y computadoras con sede en Hong Kong.
El precio de venta de ese 70% será calculado en función del resultado de explotación (EBIT) anual medio del sector en un período de por lo menos tres años a partir de 2012.
«Dicho con otras palabras, Philips recibirá dinero por esa participación sólo si el sector de actividad obtiene beneficios», explicó a la AFP Joost Akkermans, un portavoz del grupo.
Los televisores producidos por la coempresa lucirán la marca «Philips» durante al menos cinco años, a cambio del pago de regalías.
La coempresa no podrá vender aparatos en China, India, Estados Unidos, Canadá, México y algunos países de Sudamérica que el grupo no quiso precisar, ya que cerró en ellos acuerdos que permiten a otros fabricantes de televisores utilizar la marca «Philips».
El grupo holandés, que tiene unos 117.000 empleados, de los cuales 3.500 se dedican a las TV, estuvo durante mucho tiempo especializado en la producción de televisores y de pequeños electrodomésticos.
Pero desde hace diez años, el grupo está desarrollando la producción de aparatos médicos, como escáneres para resonancias magnéticas, y de sistemas de iluminación.
«Debemos llevar nuestra actividad de material médico a lo más alto» del mercado, y «mantener» el liderazgo en la división de sistemas de iluminación, aseguró Van Houten, que cree que «debe hacerse mucho para desbloquear todo el potencial» de Philips.