La oficina del líder libio Muammar Khadafy, bombardeada ayer, constituye un «blanco legítimo», consideraron los ministros de Defensa estadounidense y británico, Robert Gates y Liam Fox, reunidos hoy en Washington.
«Siempre consideramos que los centros de comando y control eran blancos legítimos y los hemos destruido», dijo el secretario de Defensa Robert Gates, a los periodistas tras una reunión con su homólogo británico, Liam Fox.
Desde allí se dirigen las fuerzas del régimen del líder libio que atacan a la población civil, como en Misrata, explicó Gates. Pero el propio coronel Khadafy no es el blanco de los aviones de la OTAN, precisó Gates. «No es nuestro blanco específico», agregó. Fox aprobó los comentarios del secretario de Defensa estadounidense.
El ministro británico dijo además que la situación en Libia registró «avances» en los últimos días, sobre todo en Misrata. «Está claro», agregó, que el régimen está en una mala situación», .
Los temores a un estancamiento en la ofensiva han resurgido en vista de que más de un mes de ataques aéreos de una misión británica y francesa de la OTAN no ha logrado derrocar a Khadafy o lograr grandes avances de los rebeldes, que luchan contra el Gobierno y mantienen bajo su control el este de Libia.
Aviones arrasaron ayer con un edificio en el complejo de Khadafy, en lo que los funcionarios libios calificaron como un intento fallido de asesinato. Luego de las conversaciones en Washington, Gates dijo que la coalición no está apuntando específicamente contra Khadafy. Fox señaló que el conflicto libio ha recrudecido en los últimos días.
Las fuerzas occidentales se han quedado sin objetivos obvios para bombardear, dijeron analistas, sin lograr un resultado claro desde el punto de vista militar.
Acusación rusa. En tanto, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, acusó a la coalición de exceder el mandato de Naciones Unidas (ONU) para proteger a los civiles. «Ellos dijeron que no querían matar a Khadafy. Ahora algunos funcionarios dicen, sí, que están tratando de matar a Khadafy», dijo Putin durante una visita a Dinamarca.
«¿Quién permite esto? ¿Hubo algún juicio? ¿Quién se adjudicó el derecho de ejecutar a este hombre?», se preguntó Putin ante periodistas. La agencia estatal de noticias libia Jana dijo que Trípoli exhortó a Rusia a convocar a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras Libia se sumerge en una guerra civil, los contraataques de las fuerzas gubernamentales han puesto de manifiesto que Khadafy no se irá del poder como lo hicieron los presidentes de Túnez y Egipto, tras la oleada de protestas populares que se ha extendido en todo el mundo árabe.
El líder libio ha prometido luchar hasta la muerte y ha culpado a las potencias extranjeras y a Al Qaeda de alimentar la insurgencia. El conflicto ha dividido al país productor de petróleo, el cuarto mayor de Africa, entre una zona en poder del Gobierno en el oeste del país, alrededor de la capital, Trípoli, y una región oriental en poder de los rebeldes.
Misión en Venezuela. El presidente venezolano Hugo Chávez -quien se ha solidarizado con Khadafy desde que estalló la revuelta popular en su contra- dijo esta mañana que una misión libia se encuentra en Caracas para discutir una solución pacífica al conflicto bélico que sacude al país.
«Ha llegado una delegación enviada por el presidente Khadafy y está en Venezuela y estamos tratando de buscar apoyo internacional para darle una salida pacífica y que se acabe. Ya está bueno de guerras, de atropellos, contra los pueblos del tercer mundo», indicó Chávez en un discurso ante obreros.
Las tropas leales a Khadafy han extendido su campaña atacando ciudades de las montañas del oeste de Libia, mientras luchan contra los rebeldes en todo el puerto de Misrata, lo que está originando un empeoramiento de la crisis humanitaria.
«Las fuerzas de Khadafy bombardearon el puerto hoy», dijo por teléfono Abdelsalam, portavoz rebelde. Mientras la atención mundial se centra en el sangriento asedio del bastión rebelde de Misrata y las batallas en el este, la lucha se ha intensificado en las montañas occidentales. Flanqueadas por desierto, la cordillera montañosa se extiende unos 150 kilómetros desde el sur de Trípoli a Túnez y está habitada por bereberes, que son étnicamente diferentes al resto de los libios y han sido observados con sospecha por parte del Gobierno.