Es cierto que los artistas locales de este género siguen olvidados por las multinacionales, una grave marginación que descarta mucho talento y desconoce la condición de música argentina al jazz que se registra en estas pampas, pero quizá los tibios indicios que se materializaron en estas últimas semanas en el rubro de reediciones y de novedades internacionales derive en que, de una vez por todas, se haga justicia a tantos músicos que en cualquier parte del mundo serían motivo de orgullo nacional.
Por ahora, hay que celebrar que una compañía como EMI, en franca crisis en todo el mundo, haya decidido sacarle las telarañas en nuestro país a una marca como Blue Note, uno de los emblemas más tradicionales del jazz. Con la ayuda de un experto y apasionado jazzero como Eduardo Canzobre, el sello que en 1939 fundaron Alfred Lion y Francis Wolff vuelve a las bateas argentinas con un plan ambicioso: editar mensualmente una novedad y, quizá, alguna perla de su inmenso catálogo.
Los primeros títulos son para conformar hasta al más exigente: ya está a la venta el nuevo disco del saxofonista Joe Lovano y su grupo Us Five, Bird Songs , homenaje Charlie Parker, y desde este mes podrán conseguirse Here We Go Again , que reúne a Wynton Marsalis, Willie Nelson y Norah Jones en el tributo que le rindieron a Ray Charles, y Speak No Evil , de 1964, uno de los mejores álbums del saxofonista Wayne Shorter, con la excusa de que esta leyenda del jazz volverá a Buenos Aires en junio, gracias a los esfuerzos de la productora Contemporánea, para tocar con su cuarteto en el teatro Gran Rex.
Ya están programados otros lanzamientos de Blue Note: en mayo llegarán Seven Seas , la flamante producción del contrabajista israelí Avishai Cohen, una de las grandes estrellas del momento, ex compañero de ruta de Chick Corea en su grupo Origin, y 101 , el nuevo disco de la cantante Keren Ann, que, aunque fuera de las fronteras del jazz, conquista Europa con sus canciones que van del pop al rock.
Por su parte, Sony es otro de los sellos que salió de la hibernación jazzera. Ya salió Bitches Brew Live , de Miles Davis, una joya que no sólo valorarán los coleccionistas de rarezas, con grabaciones en vivo registradas en 1969 y 1970, además de tres temas inéditos. También lanzó On Broadway , el nuevo álbum en vivo de Harry Connick Jr., el gran crooner de los años ochenta, que incluye un DVD del concierto filmado en Nueva York en julio pasado. Y editará Three Stories , de Eldar, en el que la última joven maravilla del piano aborda, a solas, standards y temas propios.
Universal, en tanto, editará en mayo lo último del guitarrista John Scofield, A Moment’s Peace , su acercamiento al mundo de las baladas, junto con Larry Goldings, Scott Colley y Brian Blade, y en junio Standin’ On The Rooftop , de la cantante Madeleine Peyroux, con Marc Ribot en guitarra y Me’Shell Ndegeocello en bajo.
De este mismo sello serán reeditados el clásico Layla and Other Love Songs , de Derek and the Dominos’, en una edición de lujo, con dos CD, y una novedad: Mayhem , el nuevo álbum de Imelda May, una cantante irlandesa que causa sensación en el mundo con su look retro y su condición de diva del rockabilly.
Finalmente, ya están a la venta tres imperdibles discos dobles editados por el sello independiente Lantower, que rescatan, con un nivel artístico y de sonido notables, históricas grabaciones de dos titanes del jazz de todos los tiempos como Gerry Mulligan y Chet Baker, en vivo y en estudio, del período 1952/1953 y de 1957.
Fuente: La Nación