La justicia italiana decidió juzgar al jefe de gobierno Silvio Berlusconi por prostitución de menor y abuso de funciones en el escándalo sexual conocido como Rubygate.
La decisión fue tomada por la jueza Cristina Di Censo, quien estableció que el primer ministro sea «juzgado inmediatamente», un procedimiento particularmente rápido previsto por el Código Penal italiano y que se basa en «pruebas evidentes».
El recurso había sido solicitado por la fiscalía de Milán el pasado 9 de febrero en base a una amplia documentación que demostraría que Ruby, una joven marroquí que ya ha cumplido 18 años, habría mantenido relaciones sexuales pagadas con el primer ministro italiano cuando era menor de edad.
La primera audiencia se fijó para el 6 de abril. «No esperábamos otra cosa», fue la primera reacción de los abogados del multimillonario primer ministro.
Berlusconi, de 74 años, es acusado de haber pagado los servicios sexuales de Ruby, apodo de la joven marroquí Karima el Mahrung, cuando tenía 17 años, y por haber intervenido ante la policía de Milán para que la liberaran, después de que fuera detenida por robo la noche del 27 de mayo.
Berlusconi reconoció que intervino, pero rechaza el abuso de poder, ya que alega que tuvo que actuar para evitar un “incidente diplomático» porque pensaba que Ruby era una sobrina del ya ex presidente egipcio Hosni Mubarak. Sus abogados presentarán pruebas de que el primer ministro estaba convencido de ello.
En tanto, el cargo de trato con prostitutas menores de edad se basa en escuchas telefónicas. También involucra a “Ruby Rubacuori» (Ruby Robacorazones, como la ha bautizado la prensa).
Se cree que Ruby y otras mujeres recibieron dinero a cambio de participar en fiestas sexuales en la Villa Arcore de Berlusconi, a las afueras de Milán.
Al parecer, la joven se jactó en conversaciones telefónicas de haber estado ya con 16 años como invitada del jefe de gobierno.
La estrategia del ejército de defensores del multimillonario político, anunciada por el abogado Nicolo Ghedini, diputado del PdL, es la de recusar al tribunal de Milán, al que acusa además de estar politizado y al servicio de la izquierda.
Este no es el primer escándalo sexual que protagoniza el magnate de las comunicaciones, quien en el 2009 terminó por divorciarse de su esposa tras conocerse su relación con la menor Noemi y en junio de ese mismo año las revelaciones de sus festines privados con una prostituta de lujo, Patrizia D’Addario, dejó atónita a la opinión pública.