Miles y miles de colores, sabores, sonidos, manos y miradas. Latinoamérica profunda, exuberante y hermosa. Durante los últimos años de su vida, Bahiano se dedico a caminarla y sucumbió ante la simpleza de paisajes como los que describe Ricardo Vilca cuando habla de los niños de Humahuaca: “Hablan bajito, sonríen al suelo, y se persignan por agua del cielo. Un mundo de viento con las campanas sonando en el pueblo”, dice en Tren Mago de las nubes , la canción que eligió el ex Pericos para dar nombre a su nuevo álbum. Grandes clásicos y hallazgos musicales que viajan a su voz desde cada rincón del continente.
¿Este disco es el cierre de un proceso que comenzó con tu salida de Pericos y el comienzo de “MP3”? Te diría que empezó mucho más atrás. La conciencia de la necesidad de abrir el ambiente musical viene desde la última época de Pericos. Yo hacía el reggae según mi interpretación, no siguiendo lo purista del género. En el ‘87 no había la cantidad de bandas e información que hay hoy. Recuerdo que propuse hacer el show Pericos Etnico, versionando nuestras canciones al flamenco, árabe, con gaitas escocesas. Inconscientemente estaba buscando una nueva identidad. Con Rey Mago de las nubes , propongo una búsqueda de una nueva identidad musical, necesaria. Porque quedé deslumbrado con las cosas que vi y la gente que conocí. Las canciones tienen que ver con lo originario.
Está dedicado a la memoria de Mercedes Sosa y Ricardo Vilca…
Sí, Ricardo me cantó Rey Mago en un momento muy especial, cuando mi hijo estaba enfermo. Luego todo fue bien y la canción me impactó. Y, por otro lado, sentí muchísimo la muerte de Mercedes, me pudo su desaparición, no lo podía creer. No era parte de su círculo íntimo, pero siempre fue muy respetuosa y me trataba como si fuera su nieto con una buena onda increíble. Cuando me invitan a participar de su homenaje en el Lincoln Center de Nueva York, junto con Joan Baez, León Gieco, Teresa Parodi, Eva Ayllón. Toqué Duerme negrito , y el recibimiento de la gente fue maravilloso. Era gente de toda Latinoamérica de más de 30 años. Nunca había cantado en un lugar así. Quedé en el aire. Al llegar al hotel decidí que el nuevo disco sería de versiones de canciones latinoamericanas. Lo que pasó fue como una llamada. Este recorrido me abrió un panorama diferente y fue muy saludable. La salida de Pericos no, y como bisagra surgió MP3 , un programa sobre música originaria y folclore argentino.
¿El folclore era parte de tu gusto? No, tenía un mínimo conocimiento y no era lo que escuchaba. Hay momentos para ciertos tipos de música. El interior de la Argentina es otro mundo, no es el espejo de lo que pasa en Buenos Aires. Hay otro tipo de burbujeo que hace más interesante lo de raíz. Y luego empieza la recorrida por Latinoamérica, y de repente estaba escuchando sones en la Plaza de la Revolución en Cuba. Empezó a surgir: “Y esto me gustaría mezclarlo con las copleras de Jujuy, con los Quilmes en Purmamarca, con los cuequeros en Chile”. Cuando llegué supe que tenía que plasmarlo. No podía hacer oídos sordos, ya me podía por dentro.
¿No estabas programando un disco diferente hasta ese momento? Sí, yo estaba haciendo un disco. Tenía mucha fuerza, era autoral y venía bien encaminado. Pero mientras lo hacía mi cabeza estaba en otro lado, ya estaba pensando en Rey Mago . Así que empezamos a trabajar contra reloj en esto. Lo hice sin importarme el qué dirán, porque siento que la propuesta artística en la que me estoy metiendo es muy sana. Está donde camino y caminé. Hoy creo que va a ser un disco de larga data. Tiene muchos cortes. Y siento que me voy a quedar en este ambiente. He pasado muchos años en un estilo de música muy cautiva, y realmente a medida que uno va creciendo y transitando, la música lo va transformando. Los ojos pueden ver otras cosas, el oído está mejor preparado para nuevas sonoridades, la cabeza puede entender.
Es fuerte que hayas decidido salir del reggae en su mejor momento… Yo estuve en Jamaica dos veces, canté en el Reggae Sunsplash, y estuve en la investigación para MP3 con grandes artistas de allá. Como banda fuimos de los primeros acá. Cuando empezamos no había ni dónde buscar información. Los grandes clásicos que ahora vienen a la Argentina a tocar, llegaron a tanto porque lo hicieron con amor, con purismo, defendiendo lo que se hacía en Jamaica. Yo nunca hice reggae roots, puro, ni hablé de Jah. Para meterse en una religión tenés que sentirla, no basta con el paralelismo musical. Hoy el reggae va a ser parte de mi estilo y de una nueva rítmica. Pero no voy a ser un artista puramente de reggae.
¿Cómo pensás que tomará la gente este cambio? Lo más importante fue tomar la decisión de hacerlo. Uno piensa que la gente no va a entender si vos los sacás un poco del lugar al cual los tenés acostumbrados. Y yo creo que piden que los saques de ahí. En los discos siempre canté de diversas formas y me fui renovando. Mi naturaleza es cambiar. No me gusta ser tan identificable desde mi voz.
Quizás la apuesta futura sea a componer en estos nuevos estilos … Eso es más difícil todavía, creo que lo importante es personalizar cada tema. El secreto es hacerlo tuyo. Que esa canción la hagas propia. Ahí marcás la diferencia, no tratando de imitar cómo lo hacía el cantante, el tempo y los arreglos.
¿Cómo te afecta todo este viaje? Me generó mucha energía. Nunca valoré mucho el recuerdo, siempre viví mirando para adelante. Ahora hago pausas, y recuerdo más cosas lindas que feas. Todo se torna positivo. A las cosas que dañan no les doy pelota, y el camino nuevo me va a deparar muchas satisfacciones.
Hay algo que querrías cambiar de tu carrera musical… Fueron muchos años, ya ni me acuerdo. Ser solista es mucho más escabroso. En una banda te refugiás en el plural. Acá el error se paga caro, y el éxito se disfruta en primera persona. Al principio parece que puede ser más fácil “si venís de”. Pero no te creas, igual hay que remar contra la catarata. Y lograr que la gente entienda que estás en otro lugar. Sos solista. Ahora soy Bahiano solo. Se tiene que alinear todo. No es por demagogia barata, pero yo sigo estando porque propongo cosas que a la gente le gusta y ellos me hacen la segunda para que esté donde estoy. El público va creciendo y escuchando otras cosas, tiene su tiempo. No somos sólo tres artistas. Yo hoy siento que tengo 10 años de carrera, no 24 como son. Y todo esto me lo va generando esta visión de dónde quiero llegar. Me encantaría tener la potabilidad que tiene Gilberto Gil, que puede hacer desde samba hasta reggae.
¿Y cómo viste el continente desde lo político y lo social? Se nota que hay un cambio, con la cultura y la música misma hay mucha fusión. Hay mucho relevamiento y renovación de lo que es la cultura de los pueblos, que es increíble, e increíblemente buena. Nosotros por lo general le ponemos el ojo al norte, o a Europa, y nos olvidamos de la raíz cultural que tiene el continente. Cada país tiene sus líderes políticos y uno puede o no congeniar con su forma de ver las cosas. Mi recorrida llevó tres años. Son momentos diferentes, ni mejor ni peor. Lo importante es lo que está creciendo, y que va a generar cambios no tan lejanos. No hablo de borrar fronteras, sino lo que genera la propia gente, que está orgullosa de sus lugares y sus cosas.
Fuente: Clarin