“Nosotros no queremos devaluar el real pero tampoco queremos que nuestra moneda quede muy valorizada en relación al dólar. Eso perjudicará el comercio y la relación con nuestros hermanos de América del Sur”, sostuvo ayer el presidente Lula da Silva en la última reunión que mantuvo con corresponsales extranjeros antes de dejar el Palacio del Planalto. En la cita, en un cinco estrellas de la capital carioca, el jefe de Estado admitió que deberá realizar un esfuerzo para “desencarnar el papel de presidente” que lleva adentro. En tono casi confidencial comentó que por esa misma razón decidió no trazar planes inmediatos para cuando deje Brasilia luego de colocar la banda presidencial en su sucesora Dilma Rousseff.
En la despedida de la prensa extranjera donde estuvieron los principales medios del mundo, Lula acentuó su cuestionamiento a la política devaluatoria aplicada por EE.UU. “El presidente Barack Obama sabe que no puede estirar la cuerda porque se corre el riesgo de contagiar con la crisis a países que se han salvado de ella”.
En Argentina existe temor a la devaluación en Brasil ¿Piensa que llegó el momento de hacer un ajuste en el tipo de cambio?, preguntaron los dos únicos medios argentinos presentes, Clarín y La Nación.
Mire, nosotros como gobierno no podemos hacer ajustes en el cambio porque éste es flotante. Ahora, no es ésa la verdadera preocupación que tiene la Argentina. Estamos muy preocupados por el dólar, como lo expresamos en la reunión del G-20 donde estaba el gobierno argentino. En realidad, hay una preocupación de todos los países por el hecho de que EE.UU. adoptó una decisión unilateral para resolver sus problemas fiscales sin tener en cuenta la destrucción que podría causar. El problema es que el dólar es la moneda en la que se basa prácticamente todo el comercio internacional. Se lo digo de esta manera: nosotros no queremos devaluar el real pero tampoco queremos que nuestra moneda quede muy valorizada en relación al dólar, porque eso perjudicará el comercio y la relación con nuestros hermanos de América del Sur.
¿Entonces es todavía una posibilidad una devaluación? No, no, no. Creo que el comercio con Argentina adquirió una dinámica extraordinaria y llegará a los US$ 35.000 millones en 2010, lo que es un récord histórico. Brasil tiene que cumplir el papel de la economía más fuerte, sobre todo frente a economías menores como Bolivia, Paraguay y Uruguay. Nosotros no queremos perjudicar a nuestros socios. Argentina y Brasil descubrieron que juntos pueden ser muy fuertes y tener mucha influencia en decisiones importantes del mundo.
Sobre las opiniones vertidas por diplomáticos de EE.UU. acerca de miembros del gobierno de Lula da Silva, particularmente de Marco Aurelio García y del embajador Samuel Pinheiro Guimaraes –a quienes en misivas al Departamento de Estado habrían descrito como “antinorteamericanos”— Lula sostuvo: “Creo que si alguien está preocupado en este momento con la filtración es Obama. Esta es una lección para que los embajadores transmitan mensajes con más responsabilidad. Yo fui víctima de los malos informes: cuando busqué mi ficha en el DOPS (departamento de espionaje político de la dictadura militar brasileña) era enorme la cantidad de estupideces que me adjudicaban. Por eso pienso que esto lastima la diplomacia mundial y el comportamiento de la diplomacia estadounidense”.
Defendió entonces las relaciones de Brasil con EE.UU.: “Es un socio excepcional para Brasil” describió. “Lo único que lamento y se lo dije tanto a George Bush como a Obama es que ellos tienen una mirada pequeña respecto de América Latina. Aquí tienen mucho lugar, éste es un continente de paz”. Concluyó categórico: “Nosotros no mezclamos política con relaciones internacionales: la relación con Estados Unidos fue buena con Collor de Mello, con Itamar Franco, con Fernando Henrique Cardoso, conmigo y será muy buena con Dilma Rousseff”.
Fuente: Clarín