Uno de los usos posibles de las conexiones inalámbricas a internet, como el Wi-Fi, es poder acceder a la red mientras se está en contacto con la naturaleza. Pero a la naturaleza esto no le hace muy bien: un estudio reciente afirma que la radiación de las conexiones inalámbricas son perjudiciales para los árboles.
La radiación daña los árboles, provoca variaciones en el crecimiento, «sangrado» y fisuras en las cortezas. A esa conclusión llegaron científicos de la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos, en un estudio publicado por la revista PC World . El estudio comenzó en la ciudad de Alphen aan den Rijn, cuando el gobierno comenzó a notar anomalías en los árboles que no tenían motivo aparente.
El experimento consistió en exponer 20 fresnos a diversas formas de radiación durante tres meses. Los expuestos al Wi-fi demostraron una brillo similar al plomo en sus hojas, provocada por la muerte de su epidermis inferior y superior, lo que provocaba que algunas de ellas se secaran.
Los estudios demostraron que alrededor del 70% de los árboles en áreas urbanas están afectados por esta clase de problemas, originado no sólo en las conexiones inalámbricas a internet, sino también las radiaciones provocadas por teléfonos celulares y las emisiones de los automóviles.