«Debemos trabajar juntos, al unísono, para alcanzar nuestro objetivo», dijo la dirigente opositora a sus simpatizantes, luego de que fuentes militares anunciaran su puesta en libertad, indicó la agencia de noticias italiana ANSA.
«Hay un tiempo para el silencio y un tiempo para hablar», indicó la ganadora de las elecciones presidenciales de 1989, tras lo cual fue encarcelada luego de un nuevo golpe de Estado en Birmania (hoy Myanmar).
Su liberación ocurrió en el día que vencía la extensión de 18 meses de su arresto domiciliario por haber dado hospitalidad, en mayo del 2009, a un intruso estadounidense.
De 65 años, Suu Kyi transcurrió 15 de los últimos 21 años en detención.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, destacó hoy la liberación de la Premio Nobel birmana Aung San Suu Kyi, a quien calificó como «mi heroína».
Obama pidió, luego, a la junta militar en el poder en Birmania la liberación de todos los presos políticos en el país.
Los gobiernos de Gran Bretaña y Francia manifestaron su satisfacción por la liberación de la dirigente birmana.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que esta liberación «habría debido ocurrir hace ya tiempo».
A su vez, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtió a las autoridades birmanas contra «posibles obstáculos a la libertad de movimiento y de expresión» para Aung Sang Suu Kyi, lo que «constituiría una nueva e inaceptable negación de sus derechos».
Mientras tanto, Amnistía Internacional, a través de su secretario general Salil Shetty, dijo que «la liberación de Aung San Suu Kyi es ciertamente una noticia positiva, aunque marca sólo el fin de una sentencia injusta y tomada ilegalmente».
«Permanece el hecho de que ella y los demás prisioneros de conciencia no deberían nunca haber sido arrestados», indicó.
«Esta vez -añadió- las autoridades deben garantizar la seguridad de Aung San Suu Kyi», y «deben poner fin a la perenne injusticia de la encarcelación por motivos políticos».
La entidad denunció que en el país asiático hay actualmente más de 2.200 presos políticos.
La liberación de la Premio Nobel de la Paz de 1991 se produce después de las elecciones en el país asiático, el domingo pasado, que fueron boicoteadas por el partido de Aung San Suu Kyi y en las que venció la agrupación política que respalda a la dictadura militar.