(Río Grande, 14 de julio de 2010) – Según se observó desde el CPA, “el abordaje de dicha problemática en el ámbito de la salud mental no es necesariamente específico”, y que “teniendo en cuenta sus determinantes y sus consecuencias, se lo aborda ya desde el nivel comunitario en los Centros de Encuentro, que han comenzado a trabajar en algunos barrios de Ushuaia”.
Dichos Centros de Encuentro “constituyen una propuesta de activación y fortalecimiento de los recursos e iniciativas saludables de la propia comunidad a través de microproyectos situados en el barrio, coordinada y supervisada por la Dirección de Salud Mental”, explicaron en el documento el jefe de Departamento del CPA, David De Piero, y la Jefa de Departamento de Salud Mental, Valentina Minieri.
Los profesionales señalan que “cuando existen razones para pensar que la forma de apostar de una persona es fuente de sufrimiento para sí o para su familia, se propone la intervención de las Unidades de Atención en Crisis, que reciben y contienen las situaciones de crisis vitales, familiares y psicosociales en general y funcionan en los Centros de Salud. Actualmente los centros 1, 2, 5 y 6 cuentan con Unidades de Atención en Crisis”.
Además destacaron que “en el segundo nivel de atención, el Centro de Prevención y Asistencia (Rubinos 153) recibe en entrevistas de admisión los problemas relacionados con ludopatía y adicciones”, y que “ofrece también orientación a familiares o allegados de las personas directamente afectadas”.
La Ludopatía
Se trata de una problemática compleja, que se instala por momentos como tema de discusión en la opinión pública en Tierra del Fuego. Desde nuestro punto de vista y marcos teóricos de referencia podemos situarlo, en primer lugar, como un fenómeno social y un síntoma social que posee varias caras por las cuales puede ser abordado.
Por un lado, el juego patológico pone de manifiesto la propuesta del capitalismo como forma de vida, para la cual las personas cuentan especialmente como consumidores.
En el documento se observó que “el jugador apuesta una y otra vez”, y que “cualquiera sea el resultado que obtenga, vuelve a apostar, jugándose el dinero que tiene y el que no tiene”, para señalar por tanto que “desde ese punto de vista, resulta ser un cliente muy fidelizado y comprometido en su forma de consumir”.
“En esta misma dimensión del fenómeno, resulta fácil para cualquiera verificar el amplio y diverso espectro de oportunidades para apostar que se ofrecen permanentemente en el mercado”, consideraron desde el CPA, desde donde se advirtió que se trata de una “oferta que crece vertiginosamente adhiriéndose a todas las nuevas formas de tecnología que nos rodean en nuestra vida cotidiana, como por ejemplo la televisión, telefonía celular, Internet”.
Además se anotó que la ludopatía, “como práctica compulsiva lleva a las personas a apostarlo todo y a perder más y más, no sólo su dinero y bienes materiales sino también sus vínculos y su salud”.
En tal sentido se señaló que “como sucede con otras patologías en auge en nuestros días, reduce la vida de relación de los seres humanos y sus potencialidades”, toda vez que “quien se aboca al juego como actividad central de su vida, que puede volverse la única, dedica todos sus pensamientos a eso”.
“Obtiene así una ganancia de no hacerse preguntas acerca de lo que quiere, de lo que debería hacer de su vida o de lo que podría hacerlo feliz”, se añadió, observándose que “a quienes lo rodean les sorprende observar que esto parece colmarlo por completo”.
Por otro lado señalaron que el ludópata “tampoco enfrenta las complicaciones de relacionarse con otras personas; sólo parece necesitar de un mazo de naipes o una máquina tragamonedas”.
Los licenciados De Piero y Minieri, explicaron que “este tipo de patologías sociales anestesia también a las personas como ciudadanos. En la medida en que miles de personas invierten su tiempo y energía en esta actividad, su participación en la vida de su comunidad queda anulada o muy limitada, dado que es muy difícil que se hagan eco de los temas y problemas que atraviesan al conjunto, que se agrupen con quienes comparten sus intereses y realicen propuestas y acciones en el plano de la vida social”.
“Como padecimiento psíquico, se observa que la ludopatía puede ser fuente de un gran sufrimiento”, manifestaron, aunque señalaron sin embargo que “quien lo soporta puede mantenerlo en silencio durante mucho tiempo o para siempre”.
“Mientras que ante un dolor en el cuerpo la misma persona recurrirá seguramente a otro para pedir ayuda, ocultará celosamente de los demás el problema de su compulsión por el juego”, explicaron.
En cuanto a las respuestas y soluciones posibles frente a esta problemática, consideraron que “es de la mayor importancia tener presente la necesidad de una toma de conciencia social con respecto a un problema que nos atraviesa a todos”.
“En los problemas que nos afectan como sociedad, todos estamos involucrados en la producción de posibles soluciones”, resaltaron.
Programa de Asistencia
Cabe destacar que desde el Instituto Provincial de Regulación de Apuestas (IPRA) de la Provincia se promovió a partir de 2007 la implementación en Tierra del Fuego –vía Resolución Nº 642- un programa de “Información y Asistencia al Juego Compulsivo” (Ludopatía) que ya se venía aplicando en otras provincias (como Misiones y Buenos Aires).
La iniciativa contempla un trámite rápido (de 5 minutos), que puede realizar el “jugador problema” de manera totalmente voluntaria; y firmar el anexo de la Resolución enunciada, en la que acepta que, en caso de ingresar a una sala de juego se le pide que se retire porque está autoexcluido; y que si el jugador se niega, tanto en la sala del bingo del IPRA como en los casinos que funcionan en la provincia (tradicionales y electrónicos), pueden hacerlo sacar por la fuerza pública haciendo uso de las facultades de reserva del derecho de admisión.
Tras la firma del anexo de la Resolución, que el jugador debe hacerlo portando su documento de identidad, el IPRA se encarga de hacer una copia y llevársela a las autoridades de los casinos, con una foto bien visible del autoexcluido.
En cuanto a la duración de dos años, se argumentó en el hecho de que la propuesta contempla la obligatoriedad de “ser acompañada de un tratamiento psicológico paralelo, a cuyos efectos de interactúa con el Centro Provincial de Adicciones (CPA)”; y que en ese espacio de tiempo se puede lograr una recuperación.
Según se informó, hasta la fecha se han adherido a la propuesta “más de 240”, pero como su período de vigencia para cada persona es de dos años, hoy quedan 210; de las cuales un 20 por ciento pertenece a Río Grande, 79 por ciento a Ushuaia, y un persona del Chaco.
Igualmente, desde el IPRA se considera que la sanción de una ley de Ludopatía “sería fantástica, porque le da la potestad a la Dirección Provincial de Salud Mental para que pueda encargarse que estas personas cumplan con el tratamiento acordado, con la asistencia médica adecuada; y este instituto únicamente sería el nexo administrativo”, según manifestó la secretaria Administrativa del organismo de regulación de apuestas, Alejandra Medina.
Recordó que hay un proyecto en la Cámara legislativa, que aún no fue tratado, y expresó su deseo de que la propuesta “sea reflotada por los parlamentario”.