SEMBLANZAS
por Jorge Daniel Amena (*)
Dogma y convicción
Para ser honesto, y en la idea primigenia que de aquí en adelante solo se trata de hacer uso del derecho de expresión, en ese sentido y no en ningún otro, es que deben ser tomadas estas líneas.
La convicción es un animalejo muy escurridizo, y de consuno es conveniente aferrarlo con ambas manos a la vez cuando se pueda, pues es sabido que en cualquier momento puede escaparse. Y difícilmente pueda ser hallado.
Nos vemos (¿nos vemos?) involucrados en un debate respecto de la unión civil, matrimonio o búsquele usted dentro de la rica versatilidad del idioma de Castilla la denominación que quiera. El punto es que es diferente al de sus bisabuelos. Y posiblemente diferente al suyo.
Considerando que es imposible “apretar” en pocas líneas casi todo el decurso de la civilización solo en breves trazos intentaré (y solo eso) sentar un esquema de razonamiento.
La idea o sea la materialización del proceso le corresponde a cada quien. Eso suele llamarse autonomía de la voluntad o en palabras sencillas, libertad de pensamiento.
En estos términos -entonces- comenzaríamos este ensayo precario, diciendo que nos encontramos ante una materia sensible, por cierto, la sensibilidad es movilizada por tratarse de cuestiones de género diferente y de gente diferente en un aspecto de sus elecciones, en este caso la sexualidad.
Nadie que abone su existencia a un dogma tendrá conflictos con la materia de que se trate. (esta y otras). Siempre y cuando tome al dogma como única vía posible de acceder a la verdad, dado que la verdad SOLO se encuentra en el dogma. Y no esta mal.
Culturas politeístas y monoteístas han centrado la base de la civilización que se ha desarrollado en torno a esa concepción “dogmática de la existencia”.
Pretender que todo lo que no sea dogmáticamente aceptable no existe, es poco más que una exageración.
Veamos: Mucho antes que la Roma del Imperio fuera lo que fue, la característica de la diferencia era tomada de un modo muy práctico.
En la Antigua Grecia, en las montañas del Peloponeso, en las fiestas Dionisíacas celebradas en el monte Taigetus, a 2400 metros de.altura, los espartanos arrojaban al vacío a aquellos párvulos con deficiencias físicas o mentales, o bien de “complexión débil” (Mitología Grecorromana T.IV. Pág. 45.
Conocidas son, en las teocracias de Oriente la ablación de todo lo que implique placer sexual para la mujer, cuyo rol debe solamente reducirse a la reproducción-conforme el dogma- o lo que es peor a la interpretación que alguien haga de él.
Occidente se espanta ante el chador que cubre el rostro de las mujeres, y de la Jiddáh (guerra santa) y del fundamentalismo, nada se dice de las Cruzadas (que fueron varias), y de los manuales de la Inquisición, por ejemplo el “Malleus Maleficarum de Inocencio VIII, que llevó a cientos de miles a la hoguera, por convertirse en cerdos o volar por los aires. Sin contar con aquello que era imposible la redondez de la tierra proclamada por Galileo o las llamas que consumieron a Juana de Arco. (mujer, guerrera, humilde y a más, adorada por el pueblo) Todo se remedió quinientos años después.
Conforme a lo preceptuado, es imposible que de la unión de lo que está escrito. (porque está escrito), no haya locura, sevicia, maldad, tormentos y hasta muerte .Que los padres naturales son un ejemplo de probidad, y jamás abandonarán a sus hijos, ni estafarán al prójimo.
Y lo que está, escrito está.
El problema de los dogmas, ya políticos o religiosos, es que se repiten, en el incumplimiento de lo que proclaman.
Cuidado entonces, porque cuando no hay un mínimo de convicción, surge la contradicción, y ante ella las minorías pierden siempre.
Por eso es una ficción la idea de llamar a un plebiscito.
Las leyes son respuestas políticas a tiempos políticos y a realidades políticas, En ese contexto los Códigos y los reglamentos, la realidad normativa no tiene origen divino.
Por eso las dudas ¿como votar, cuando los que me tendrían que votar en un futuro (porque tiene que haber uno, al menos para mí…) son más que aquellos a los que apoyaría con mi voto?
Que cosa votar entonces…?
Los credos, todos ellos están llamados a confortar a la gente en sus pesares, (que son muchos).Hacerse eco del dolor y la desolación que abundan, las soledades, las adicciones, todos aquellos que ocupan las catacumbas que una vez supieron transitar los que glosaron los dogmas por ser diferentes .Por pensar distinto al César.
Desde luego que lo expuesto lo es desde un punto de vista laico, respeto el acatamiento a ultranza al dogma en sentido religioso .Cualquiera sea este.
No me toca votar, porque un ciudadano solo puede expresar sus ideas de esta forma.
Pero puesto a elegir.
Voto por la libertad.
(*) Escritor, Abogado Constitucionalista – Ex Juez Nacional – ex Legislador provincial y Convencional Constituyente Nacional – Miembro permanente de la UNV(United Nations Volunteers) de la ONU.
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