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Homenaje al Día del Profesor

En el Día del Profesor, una pequeña historia de los comienzos del CENS 18, primera Escuela de Enseñanza Media Oficial de Adultos en Río Grande. Por Carlos María Ratier, especial para radiofueguina.com.






Se me ha solicitado contar la historia no escrita de una institución meritoria no solo dentro del ámbito educativo sino indiscutiblemente también en lo social, representando al Cuerpo Docente del que formé parte. durante 25 años.



En tal sentido, y de manera especial, elegiría tomar la descripción del contexto social de hace 29 años, y llegar a reflexionar sobre las circunstancias que dieron lugar a la creación del CENS 18.



En 1973, en Río Grande pueblo se vivía la gestión del Intendente Nogar. Hacía muy poco tiempo se había inaugurado el Aeropuerto con su pista de cemento de 2.100 mts. Se asfaltaban las primeras calles del centro. El pueblo terminaba en la calle Alberdi, y sólo unas pocas casitas en la vega llegaban hasta la que hoy es la calle Moyano. Las escuelas 2 y 4 eran las únicas primarias, y junto con la nuestra, nacía la Escuela 7. En el secundario de varones sólo la Escuela de la Misión y el Don Bosco. Eran años en que la juventud que buscaba otros estudios, necesariamente debían salir de la isla.



En 1973 la población de Río Grande orillaba los 10.000 habitantes (y dentro de ello, 7 hombres por cada mujer), siendo los ejes económicos que movilizaban fuentes laborales, la actividad rural ganadera, la actividad petrolera que había atraído a mucha gente y ya existía un comercio muy activo. Hacía un año que se había implantado la Ley l9640. El de 1973 fue un año de mucha gestación de Instituciones.



En ese contexto social, el Supervisor regional Sacks y las docentes Sulema Lodeiro y Olga Canga comenzaban a preocuparse por la capacitación del adulto en el marco de la Educación Permanente. El nivel primario de adultos ya se había iniciado en l965, y ahora el objetivo era su continuidad en media. Ya hemos escuchado que conseguir profesores en esos años era difícil. Es que no los había.



Sulema Lodeiro debió recurrir a profesionales (contadores, médicos, maestras, abogados, ingenieros) quienes dieron lo suyo. Y.P.F. había resultado ser una cantera en ese sentido. Luego, sabido es que los 4/5 primeros años, prácticamente los docentes trabajaban sin cobrar, y eso dificultaba aún más el cubrir cargos.



El cuerpo docente inicial fue: Director Mario Feuillade y los profesores Rubén Bonanata, Roberto Villa, Roberto Servetto, Sulema Lodeiro, Carlos Schwartz, José Murad, Virtudes de Molina, María Fariña de Pita, Perla Wilson, Nora Aguirre, Enzo Oliver Magaldi, Roberto Pérez Hybell y Marta Marte de García.



No obstante, las dificultades se superaron y el CENS se puso en marcha el 8 de abril de l973, con esos docentes y con 115 alumnos que respondieron a la primera inscripción que realizara Sulema Lodeiro. De ese total de alumnos sólo 13 recibirían sus títulos en l976, año de la primera promoción, permítanme nombrarlos: Agustín Alvarado, Brigildo Alvarado, José Cacho Barrientos, Beatriz Gómez de Canalis, Rubén Cárcamo, Roberto Díaz, Hugo Domínguez, Bernardita Pérez de Gonzalez, Hugo Hernández, Lidia Menendez de Martínez, Raul Morales y Guido Vera.



Con esta promoción también se fue en 1976 el primer director Dr. Mario Feuillade, quien sería reemplazado por el Dr. Enzo Oliver Magaldi. Y también hubo movimiento de profesores: ingresaban Daniel Blanca, Cato Bianchini, Elio Giugia, Marta Bianchi, Eraclio Lanza y Carlos M. Ratier.



Pasaron 27 años de mucha dinámica, donde la familia DINEA creció. Desde el CENS 18 se gestaron el CENS 28, el CENT 35 y el CENS Nº 1. En nuestros días la matriculación de alumnos no solo no disminuye sino que se mantiene. La obra completa iniciada por Sulema Lodeiro en 1973, hoy tiene como protagonistas a un número cercano a los 2.500 alumnos y un centenar de profesores.



Facilitar que el marco de la educación permanente propiciara el retorno del adulto al aula, fue una deuda social que el CENS fue ayudando a pagar en estos primeros 36 años. Y de no haber sido así, les hubiera estado vedado el completar estudios y proyectarse. Objetivos que siguen renovándose comprometen a garantizar la continuidad en el tiempo, y dentro del Plan Federal de Educación.



Hay vida latente cuando se corre el velo del pasado. Es así como desandando la historia del CENS 18, vamos encontrando al que trazó el camino que hoy andamos, al que dio la lección que no se olvida, al que abrió surcos en la escuela y en la vida.



Y será así como hoy los recordemos. Porque soñaron nuestros días…. porque nos enseñaron que el ideal es obra y que la obra es un ideal vivido.





Carlos M. Ratier