El primer set fue ampliamente dominado por el tenista local, quien tras quebrar en el segundo juego, mostró un gran aplomo en su juego y con sólo conservar su saque se llevó el parcial.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Soderling, un típico jugador de canchas rápidas, sorprendió al mundo tenístico esta temporada al alcanzar la final de Roland Garros, en la que finalmente cayó con el suizo Roger Federer.
En el segundo parcial, Soderling arrancó con un quiebre y parecía que el partido se encaminaba comodamente para su lado.
De hecho, en el quinto juego, el sueco desperdició una chance para colocarse 4-1, una ventaja casi indescontable para el argentino, quien era superado constantemente por la velocidad del juego del europeo.
Pero Soderling comenzó a apurarse y así Mónaco se pudo meter en el partido y hasta contó con tres chances de igualar el partido en tres, aunque finalmente el local conservó su saque.
En el octavo juego, Mónaco consiguió finalmente el quiebre, lo que le dio mucha confianza a su juego, todo lo contrario a lo que le ocurría al europeo, que erraba más de lo que metía.
El set desembocó en el tie break, en el que Soderling volvió a ser el tenista preciso del primer parcial y pese a que desperdició dos match points, pudo cerrar el encuentro para ganar el primer título de su carrera sobre polvo de ladrillo.
Por su parte, Mónaco finalizó una gran semana tras las dos derrotas de hace siete días por la Copa Davis frente a la República Checa, sobre cancha rápida, una superficie totalmente opuesta al polvo de ladrillo que se jugó en Bastad.
El argentino alcanzó en Suecia su segunda final de la temporada ya que perdió en febrero la de Buenos Aires, frente al español Tommy Robredo, su vencido en la semifinal de ayer.
En su carrera el argentino alcanzó ocho finales, de las que ganó tres: Kitzbuhel, Poertschach y Buenos Aires, todas en el 2007, y perdió cinco: Casablanca (2005), Viña del Mar y Kitzbuhel (2008), Buenos Aires y Bastad (2009).