Omar Labruna hacía cálculos, pero la ecuación no le daba. Restaba, sumaba y hasta dudaba si tenía que sacar la raíz cuadrada. Las matemáticas no siempre son lógicas, pensó. Y claro, nadie en el Mundo Belgrano se podía imaginar que el último del campeonato le iba terminar arruinando una tarde que pintaba linda con la derrota de Chacarita. Pero fue así, un equipo que acumulaba 22 puntos menos (antes de comenzar la fecha) que la B, y cuya única ambición es la de evitar el descenso, le terminó ganando 1-0 y lo dejó un poco más lejos de la lucha por el ascenso directo. El único gol lo anotó Facundo Diz, a los 41 minutos del complemento.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Pero no sólo los cálculos matemáticos no le dieron a Labruna, sino que en el juego tampoco le cerraron los números al DT. Porque Belgrano jugó bastante mal. No tuvo poder ofensivo, no tuvo creación de juego y, esta vez, no tuvo la firmeza defensiva de otras tardes.
Sin juego. Belgrano no utilizaba los caminos correctos. Los dirigidos por Labruna veían como la calle estaba habilitada para la circulación. De hecho, el que se lo proponía podía viajar a gran velocidad sin ser prácticamente molestados por nadie. Pero el Celeste no se le animaba a un Platense con muchas limitaciones en todas sus líneas. En ataque, el Calamar era tibio y en defensa, muy inocente. Pero el Pirata no acertaba en las vías para llegar con claridad al arco de Sánchez. Leandro Becerra tenía muy poca participación y Mansanelli debía hacerse cargo de los avances.
En esta etapa, fue la B la que tuvo las dos chances más claras. A los 14, Farré estrelló un cabezazo en el travesaño; y, a los 36, la pelota limó el palo local y paseó por la línea tras un remate de Mansanelli. El rebote le quedó a Soriano, que la mandó a la red, pero estaba adelantado.
Más allá de eso, Olave fue uno de los grandes laburantes de la tarde. El 1 se vistió de obrero para revolcarse y sacarla con los pies cuando a los 13 minutos Diz entraba solito para ajusticiarlo. Después, a los 25, el arquero debió esforzarse nuevamente tras un pelotazo de Torres.
Así, con dos llegadas por bando se fue el primer parcial. Sin embargo, y más allá de la paridad que existió, la imagen era que si Belgrano se animaba y utilizaba los caminos correctos, la victoria estaba cerca. Por el contrario, si le permitía a Platense seguir manejando la pelota, podía sufrir.
Y sufrió… En un partido con más errores que aciertos, el que menos se equivocara se iba a quedar con todo. Y, sobre el final, fue Platense el que aprovechó esa chance que le dio Belgrano.
Iban 41 minutos cuando la pelota llegó al área visitante. Ahí apareció Berza quien intentó despejar la pelota lo más lejos posible. Pero no. Nada de eso ocurrió. El sanjuanino se vistió de antihéroe y pifió. Segundos después llegó el alarido calamar y la bronca pirata. Tras el mal despeje de Berza la pelota le quedó a Diz, quien sólo tuvo que tocar a un costado del abatido Olave.
Antes de eso, había pasado poco y nada. Raras veces, el Pirata dio dos pases seguidos y, salvo una salvada de Pablo Nieva cuando Cuevas buscaba la ventaja celeste, el 1 local fue un espectador de lujo.
Platense, por su parte, hacía lo que podía, con todas sus limitaciones a cuenta. Pero, así y todo le alcanzó para dar la sorpresa y vencer a la B.
Las matemáticas no le dieron a Labruna ni a nadie en Belgrano. Podía quedar muy cerquita de los puestos de ascenso y, por el contrario, terminó más lejos. Sigue en zona de Promoción, pero con actuaciones como la de ayer, va a penar de