La sala de trofeos de Ferrari es más grande que la que me enseñaron», dijo Luca Colajanni, director de comunicación de la escudería italiana, que selló las paces con el equipo McLaren el pasado jueves en la sede de Woking.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Colajanni visitó la fastuosa sede del equipo anglogermano y se reunió con Ron Dennis y su jefe de márketing, Ekrem Sami, según el diario deportivo español As.
Es la primera vez que un miembro de la escudería italiana pisa esa fábrica, y supone el final de la guerra fría después del caso de espionaje de 2007 que estalló porque el jefe de mecánicos de Ferrari, Nigel Stepney, le pasó información al ingeniero jefe de diseño en las Flechas de Plata, Mike Coughlan .
El propio Colajanni bromeó sobre su visita en una cena informativa en Londres junto al director de comunicación de sus sempiternos rivales: «Tuve una sensación realmente extraña. Si me dices hace doce meses que iba a estar en McLaren no te había creído».
Esta curiosa unión fuera de las pistas tiene un motivo, hacer frente común ante la FIA, como miembros destacados de la FOTA (Asociación de Constructores).
Ferrari y McLaren saben que los cambios más importantes están por venir y quieren ponerse de acuerdo en el formato de calificación, y también en el hecho de que los aficionados reciban después de la calificación información sobre las cargas de combustible de cada monoplaza.
Además, quieren reducir las limitaciones actuales de trabajo en el túnel de viento (con los de escala 1:1 sin funcionar desde el uno de enero) y pretenden reducir el actual parón en las fábricas de cuatro semanas a dos.
Ron Dennis dejó claro también hace unos días que el hacha de guerra ya está enterrada: «No dejaremos de lado la rivalidad en la pista, pero trabajaremos juntos para mejorar nuestro deporte y hacerlo más accesible, ecológico y atractivo para los espectadores de dentro y fuera de los circuitos».
Las dos escuderías más grandes quieren una Fórmula 1 a su medida para seguir manteniendo su ventaja sobre el resto, BMW y Renault.
Atrás quedan los tiempos en los que Ron prohibió la entrada a su motorhome a cualquier persona vestido de rojo Ferrari, se colocaron vallas de separación entre ambos equipos y cualquier comentario era susceptible de ser considerado espionaje.