El entrenador del seleccionado argentino Sub 20, Sergio Batista, aseguró que no se puede desanimar ante la situación complicada de su equipo en el Sudamericano, donde hace peligrar su clasificación para el Mundial de Egipto, porque es el conductor del plantel. < ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
«Yo más que nadie soy el que tiene que estar firme en este momento. No estoy cansado y hay que estar bien para ganar el próximo partido y después esperar. Se sufre mucho porque no nos salen las cosas y contra Venezuela era un partido para ganarlo», explicó Batista.
Argentina extendió hasta la última fecha del hexagonal sus posibilidades de clasificar con el empate sobre el final ante Venezuela, pero ahora depende de otro resultado más allá del resultado que obtenga en el cierre del certamen ante Colombia.
«El próximo partido tenemos que tratar de ganarlo de cualquier forma y esperar. Siempre es buen depender de uno mismo, pero las cosas se dieron así en este partido y en el torneo en general. Yo me tengo confianza», subrayó el entrenador del seleccionado argentino.
Los conceptos de Batista se repitieron ante cada nota desde que comenzó el Sudamericano, una muestra que nunca le encontró la vuelta para que el equipo consiga buenos resultados, aunque esta vez no se escuchó el «tengo fe que el equipo va a jugar como yo quiero».
«Tenía muchas expectativas porque hay buenos jugadores. Estoy mal porque este equipo pudo haber dado mucho más. Por lo que uno ve y lo que se trabaja no tendríamos que haber llegado a este momento», sostuvo.
Batista remarcó desde antes del comienzo del Sudamericano el progreso de Venezuela desde lo táctico y estratégico, algo que se ratificó a la luz de los resultados y el rendimiento de las individualidades.
«Argentina tuvo para ganarlo en el segundo tiempo pero no se pudo. Venezuela es un equipo ordenado y nosotros sabíamos que iba a salir así. No cambia el estilo tiene buenos jugadores. Nosotros continuamos con los problemas de tres cuartos de cancha en adelante», explicó.
En los últimos dos partidos, los jugadores argentinos se cargaron de presión en los últimos minutos ante los malos resultados y todo terminó en escándalo, pero Batista no estuvo de acuerdo con que es un tema de impotencia de Argentina.
«Hay que entender que los chicos están a dos mil revoluciones en el campo de juego, se juegan muchas cosas y a nadie le gusta perder. A ninguno de los dos entrenadores nos gustó ese revuelo y que las cosas terminen así», sostuvo.
La tensión del final derivó en la expulsión del defensor Julián Fernández, cuando el panorama estuvo más que complicado para el equipo nacional.
«No creo que haya sido un tema solamente de los argentinos. Los dos equipos terminaron con impotencia, nosotros porque merecimos un poco más y ellos porque estuvieron cerca de ganarlo y se lo empataron en el final», explicó.
Por último, Batista remarcó que no hay nada perdido «por la actitud que muestran los jugadores» y porque los números todavía dan con chances al equipo argentino para clasificar a la próxima Copa del Mundo, en Egipto.
«La actitud de los jugadores siempre fue buena. El problema siempre fue el mismo, no sabemos resolver las situaciones que se presentan en los últimos metros o no elegimos bien», concluyó.