El plan de obras anunciado estruendosamente por
Tierra del Fuego, una vez más, parece encaminarse a no recibir más que las migas del reparto de la torta, como castigo divino por haber votado en contra del kirchnerismo en las últimas elecciones.
Así lo reflejan dos de los rotativos más importantes del país, a la hora de anticipar lo que puede ser la aplicación del plan de obra pública que se supone auxiliará a las provincias a salir de la crisis.
El diario “
Por su parte, “Perfil”, grafica con otra comparación que nos humilla al mostrar que nuestra suerte no se compara a la de una intendencia bonaerense: “Allí están esperando casi con resignación las gobernaciones de Tierra del Fuego y Santa Fe para que les transfieran algún peso del Tesoro Nacional mientras que al ex menemista y ahora ultrakirchnerista intendente de Ezeiza Alejandro Granados goza, entre otros aliados, de constantes y sonantes obras.
Como en la historia bíblica de Job, los fueguinos siguen recibiendo el castigo sin entender las razones y sin saber cuándo terminará el padecimiento. Quizás, como Job, alguien deba desnudarse, arrodillarse e implorar perdón por un pecado ignorado.
Mientras tanto, como en
Los amigos de Job vienen a consolarlo y hacerle ver que todo sufrimiento o padecimiento se debe siempre a un pecado o infidelidad para con Dios. La infidelidad, en este caso, se expresó votando en contra del reino divino de los K.
Finalmente, en la exaltación de la paciencia -como Job- habrá que bendecir el reino K, para ver restituidas las posesiones perdidas. Aunque difícilmente, como él, volvamos a tener el doble de lo que gozáramos antes de comenzar el suplicio.