El escándalo ocurrió durante un baile calificado como “familiar” que se había organizado –insólitamente- dentro del Polideportivo Municipal, reservado sólo para eventos deportivos y artísticos. Allí se pudo comprobar, según la denuncia de un oficial de policía, que se estaba expendiendo bebidas alcohólicas a menores de 14 y 15 años, además de haberse registrado la salvaje agresión a un sereno que resultó herido en el rostro con una botella de vidrio.
Puestas en conocimiento las autoridades del área, denuncia el policía que, a pesar de estarse violando ordenanzas específicas, no se adoptó medida alguna y que los inspectores municipales que se hallaban presentes dispusieron no clausurar el improvisado salón de fiestas, y que se siguiera vendiendo alcohol, “siempre y cuando no fuera en botella de vidrio”.
“La mayoría de los asistentes a la fiesta eran menores de edad”, remarca el informe del policía.
El mayor responsable, el gerente de Deportes Alfredo Guillén, ante la consulta periodística, adujo no estar informado del tema aunque varios testigos afirmaron que lo vieron esa noche al inicio de la fiesta. El director de Inspección General, Jaime Alderete, quien debió haber ordenado la inmediata clausura del lugar, no adoptó medida alguna, a pesar de que se le elevaron las actuaciones correspondientes. Ayer, se negó a responder a la requisitoria de Radio Fueguina arguyendo “estar en reunión”.
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