El polaco Robert Kubica terminó en segunda posición y el finlandés Kimi Raikkonen fue tercero, justo por delante del otro R28, el del brasileño Nelson Piquet Jr. < ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Con su segunda plaza, el piloto de BMW-Sauber mantiene vivas sus pequeñas esperanzas al título e inquieta a los dos primeros clasificados del Mundial, Hamilton y el brasileño Felipe Massa, que dieron en Fuji una nueva muestra de su irregularidad y terminaron muy retrasados.
Massa acabó octavo, pero subió a la séptima plaza al aprovecharse de la sanción de 25 segundos impuesta a posteriori al francés Sébastien Bourdais, precisamente por chocar con el brasileño.
El piloto de Ferrari recortó así dos puntos respecto a Hamilton, que sólo pudo ser duodécimo. A falta de dos carreras para el final, en China y Brasil, el británico lidera con 84 puntos, por 79 del brasileño y 72 del polaco.
Raikkonen, por el contrario, dijo adiós definitivamente a sus mínimas opciones de revalidar su título mundial. Con 21 puntos de desventaja sobre el líder, el primer puesto es ya inalcanzable para el finlandés de Ferrari.
El campeonato es algo que quedó hace tiempo lejos de las aspiraciones de Alonso. Después de sus títulos de campeón en 2005 y 2006 con Renault, su regreso tras su complicada pasada temporada en McLaren a la escudería francesa fue una pesadilla de resultados. Sin embargo, todo parece haber cambiado en dos semanas.
En Singapur, el español consiguió su primer triunfo y primer podio del año tras una carrera loca en la que se vio favorecido por un golpe de suerte: un «safety-car» inoportuno para todos menos para él. En Fuji, sin embargo, el R28 respondió a la perfección.
«Eso me deja mucho mejor sabor de boca», dijo el español, que todavía no reveló si seguirá con el equipo francés la próxima temporada. «Hemos ganado dos carreras seguidas con un coche que a mitad de año dábamos por muerto».
El guión que había marcado la clasificación dio un giro total en una primera vuelta frenética.
Hamilton realizó una pésima salida y en apenas un par de giros perdió toda la ventaja que había logrado el sábado con la «pole» cayendo hasta el sexto lugar, por detrás incluso de Massa, que había partido desde la quinta plaza.
Pero lo peor para el británico estaba por llegar. En la primera chicane, después de perder la posición, el brasileño embistió con su Ferrari el McLaren-Mercedes de su rival y lo relegó al último lugar de la clasificación.
Apenas había transcurrido un minuto de carrera y la lucha por el triunfo quedaba lejos del alcance de los dos primeros clasificados del Mundial, que unas vueltas más tarde fueron además sancionados con un «drive through»: el inglés por una peligrosa maniobra frente a Raikkonen en la primera curva y el brasileño por su toque a Hamilton.
«No sé por qué me han puesto la sanción», se quejó Hamilton, de 23 años, que el año pasado ya perdió 17 puntos de ventaja en las dos últimas carreras para acabar cediendo el título mundial. «Volveré a hacerlo bien», dijo mandando un mensaje de tranquilidad a su equipo.
El desastre de McLaren se consumó en la décimo séptima vuelta, cuando el bólido del finlandés Heikki Kovalainen se paró. «Una carrera para olvidar», admitió el jefe de motores de Mercedes, Norbert Haug, cuyo equipo ha recibido ocho sanciones graves esta temporada.
De repente, Kubica lideraba la carrera por delante de Alonso al primer paso por meta, algo impensable poco antes de que el semáforo se pusiera en verde, ya que el polaco partió sexto y el español, cuarto.
Las posiciones se invirtieron tras la primera parada en boxes. El español salió por delante del polaco, en una virtual primera posición, aunque menos cargado de combustible.
«Sprinta a muerte», le dijeron a Alonso desde su boxes, pues el español necesitaba abrir un amplio colchón de segundos de cara a la seguna parada, que sería cinco vueltas antes que la de Kubica. La espectacular mejora del R28 se notó en ese intervalo de carrera, en el que el español ganó alrededor de medio segundo por vuelta.
Tiempo suficiente. A falta de 24 giros, el español entró por última vez en boxes y pese a que volvió a carrera en una zona de tráfico, recuperó el liderato cuando el polaco paró por segunda vez.
El Ferrari de Raikkonen llegaba por detrás a toda velocidad, pero no pudo superar el obstáculo de Kubica y Alonso transitó cómodo hacia la victoria, que volvió a celebrar «a lo Usain Bolt», golpeándose el pecho. «Es una victoria importantísima para el equipo e importantísima para mí», confesó.
Fuente: Telam