“No ves que dice ‘made in China’. Todo lo hacen ahí, es como comprar directo de fábrica”, fue uno de los tantos comentarios que cualquier argentino que viajó a Beijing escuchó antes de partir.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Sin embargo, la realidad, en el mismo aeropuerto, comenzó a contradecir a quienes apostaban a la vuelta del “deme dos” para los argentinos en China.
Primero todo pasaba por los valores de la ropa, donde se aseguraba que en China sería mucho más barata que en cualquier otra parte del mundo. Error.
El precio de la ropa de marca en China cuesta igual o más caro que en Argentina, por ejemplo. En Estados Unidos o en Europa se consiguen las mismas prendas a un precio varias veces menor en las épocas de liquidación.
Por ejemplo, una chomba de una de las marcas de ropa deportiva que es sponsor del Comité Olímpico Internacional cuesta 280 yuanes, algo así como 140 pesos. Está claro que ese valor está lejos de ser una “bicoca”.
Los souvenirs de los Juegos Olímpicos, como las mascotas de Beijing, que son una especie de osos de peluche que en Argentina servirían para asustar a los chicos que se portan mal, cuestan alrededor (los grandes) de 30 dólares.
Claro, se puede conseguir ropa barata, en las ferias, donde venden lo que en Argentina se podría decir como “mercadería trucha”, pero en este caso no hay precio porque todo depende del “regateo” del comprador.
En cuanto a las bebidas y a las comidas, por ejemplo, una gaseosa pequeña o una lata tiene un valor de cinco yuanes, poco más de dos pesos argentinos.
Los valores de los “combos” de los locales de comida rápida rondan los 20 pesos argentinos y un café grande sale casi dos dólares.
Claro, en este caso se puede almorzar o cenar por precios menores, pero en lugares de comida China, algo que por ahora sólo unos pocos avezados se atreven a probar.
Fuente: Telam