Asumiendo la necesidad de reiniciar el camino con aire renovador, después de la dura derrota electoral de junio del 2007, el Partido Justicialista parece dar señales de ponerse en marcha nuevamente.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
El paso al frente lo han dado un grupo importante de militantes muy jóvenes y dirigentes (algunos ex funcionarios) que se han autoconvocado con la intención manifiesta de “reagrupar sectores en un proceso de unidad y renovación que ponga de pie al partido”.
El naciente sector interno (que se ha bautizado con el rótulo de “grupo Panamá”) se organiza sin la participación visible de los conocidos dirigentes que han manejado la suerte del PJ en los últimos tiempos y aseguran que, por ahora, y en una primera etapa, tendrá una proyección local, dirigida a “conquistar en elecciones internas la conducción del Consejo Departamental” en la ciudad de Río Grande.
Entre otros, Alejandro García, Daniel Guereta, Graciela Bozac, Mario de < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />
“Un Justicialismo fuerte y renovador” propician los firmantes que desprecian los “títulos de perpetuidad” en clara invocación al alejamiento de los dirigentes tradicionales, derrotados en sucesivos procesos electorales en los últimos tiempos.
“En el ámbito provincial, repudiamos profundamente que las promesas electorales tengan como fecha de vencimiento el día en que a los gobernantes de turno les corresponde ejecutarlas”, extienden sus críticas al actual gobierno los convocados, que reniegan del “contrato moral” propuesto por el ARI en campaña electoral y advierten que “Tampoco comulgamos con la idea de que para resultar más creíble, más hay que mentir”.
El siguiente es el texto completo del escrito que se dio a conocer ayer, luego de la reunión celebrada por la tarde.
BASES PARA
Quienes nos encontramos aquí reunidos, lo hacemos con la vocación de sentar las bases definitivas de un Justicialismo fuerte y renovador para nuestra Provincia, con la firme convicción doctrinaria que establece que la organización, definitivamente ha de vencer al tiempo. Queda establecido entonces en estos preceptos, que han de llegar a conducir los destinos del Partido los hombres y mujeres capaces y organizados, y no aquellos que se arroguen títulos de perpetuidad de especie alguna, pues a menudo se consiguen éstos de espalda a los militantes. Consideramos en este aspecto que la renovación debe necesariamente responder a una conducta institucional del Justicialismo. Hoy, la actual conducción partidaria lo ha comprendido, y este signo es nuestro punto de partida, nuestra piedra fundamental.
Ante las actuales circunstancias provinciales, no cabe sino el compromiso de construir una oposición firme y con una visión diferente; porque quienes conformamos esta línea de pensamiento hemos entendido el claro mensaje de las urnas; porque quienes comprenden el mensaje de las urnas, llegan a interpretar verdaderamente las necesidades de la gente.
Creemos firmemente que ha llegado la hora de de construir consensos con la gente, que excedan las coyunturas electorales.
Creemos firmemente en la virtud de la honestidad intelectual unida a la capacidad de gestión.
Los problemas de nuestro partido, son nuestros problemas.
Los problemas de nuestra Provincia, son nuestros problemas.
Creemos firmemente que ha llegado la hora de dejar de combatir los problemas actuales con medicamentos arcaicos, pues hay quienes aún no comprenden la naturaleza de los cambios, ni de los nuevos escenarios que la realidad impone, y quienes hoy no comprenden esa realidad, sabido es, fracasan.
Y es así como a quienes les ha tocado el privilegio de conducir nuestro movimiento aceptan, pero todavía no comprenden bien por qué ya no concitan la gracia de propios ni ajenos.
Y es así como quienes hoy conducen los destinos de nuestra querida Provincia, se preguntan por qué las cataplasmas y las ventosas fracasan contra la falta de alimentos en los comedores escolares, contra los problemas estructurales de la salud, de la educación, de la seguridad, de la matriz energética necesaria para el crecimiento y del acceso a la vivienda digna.
En el ámbito provincial, repudiamos profundamente que las promesas electorales tengan como fecha de vencimiento el día en que a los gobernantes de turno les corresponde ejecutarlas. Tampoco comulgamos con la idea de que para resultar más creíble, más hay que mentir.
En lo que hoy nos toca, estamos comprometidos en la generación de una propuesta plural, capaz de tolerar los matices y de ponderar lo mejor de cada uno de los militantes del Justicialismo.
Los sectarismos han sido siempre, y en todos los órdenes, factores de exclusión. En esta Provincia, nuestro Partido, muchas veces, por falta de organización y disciplina, ha exhibido esta mezquina faceta, que nos proponemos borrar de una vez y para siempre.
Hoy, en la cúspide de una crisis de ideologías e individualismo que no reconoce precedentes, no creemos en la aventura de quienes se aglutinan en partidos con nombres de fantasía, ni en la de quienes profesan el travestismo político como medio para satisfacer sus velados intereses. No creemos tampoco, como lo hacen los actuales conductores de los destinos de esta Provincia, que los presidiarios merezcan mejor suerte que los docentes universitarios, porque entonces quienes proponen la celebración de un contrato moral, carecen de moral.
Por incrédulos, entonces, nos enfrentamos a la tarea más difícil; la de reconstruir las bases del Justicialismo para reconstruir la Provincia. Esa es nuestra firme convicción, porque somos lo que hemos sido siempre: militantes del Partido Justicialista, que hasta la fecha hemos acompañado a quienes, con distinta suerte, les ha tocado dirigirnos, y que consideramos que ha llegado la hora de despertar del profundo sueño de quienes creen todavía que los nuevos problemas, se enfrentan con viejas soluciones.
Estamos convencidos que los órganos locales de conducción son las raíces de este árbol, las raíces del Movimiento.
Desde el llano absoluto, entonces, nos proponemos reconstruir ese tronco integrador que se erija definitivamente en la columna vertebral de este nuevo Justicialismo.
Nuestra propuesta:
Trabajar en la organización interna del Partido para poder construir una opción puertas afuera digna y elogiable.
Propender a la inclusión de todos los militantes de buena voluntad, capaces de constituir las bases sólidas que proyecten a nuestros líderes.
Generar propuestas con fuerte sustento para todos los estratos y todas las áreas sensibles de gobierno.
Nuestra Línea de pensamiento entiende al Justicialismo como un semillero de hombres y mujeres talentosos, cuya virtud solo nos podemos permitir capitalizar.
Tanto ha hablado la vieja dirigencia de nuestro Partido, y la de tantos otros, sobre la incorporación de los jóvenes a la política.
Tanto se ha hablado, pero tan poco se ha hecho.
Quienes no aceptan que los jóvenes interpretan como nadie las necesidades de la juventud, quienes no interpretan que indefectiblemente nuestros hijos han de gobernar el día de mañana esta Provincia, este país, y que para ello deben estar preparados.
En definitiva: quienes no apuestan al recambio generacional, porque el recambio es, circunstancialmente, mal negocio, están y estarán políticamente, y en la vida, definitivamente en la vereda de enfrente.
Nuestra Línea de pensamiento entiende a los estados municipales y al Estado provincial como instituciones que deben estar sujetas a un proceso de modernización profundo, para que sean capaces de afrontar los retos que la hora impone. Deben éstos definitivamente actuar como atractores de inversiones y generadores de riqueza y no como despilfarradores del dinero que es de todos, que es lo único que explica las crónicas de nuestros padecimientos, en un notable estadio de crecimiento del país.
Momentos poco felices nos toca transitar en nuestra Provincia. Nuestro Partido, que ha marcado el rumbo político de los tiempos, no ha de ser un mero espectador en esta etapa de hombres llenos de palabras y vacíos de contenidos y capacidades. Nuestro signo es la democracia y el trabajo. Las responsabilidades no se rehuyen, sino que se afrontan; y hemos de hacerlo, desde donde nos toca, en pos de lograr los mas altos ideales y el sueño inalcanzado de una Provincia rica en todas sus facetas, hoy casi sumergida, como un iceberg, más allá de la razón.
(Imagen exclusiva La 97: Instante de la reunión de ayer del “grupo Panamá” donde no fueron invitados los actuales dirigentes del PJ)