A favor, Boca llegaba a Bahía Blanca, para visitar al comprometido Olimpo, con un importante envión anímico por su heróico triunfo del jueves sobre Colo Colo, de Chile, por la Copa Libertadores. En ese encuentro, había ratificado que la dupla Gracián-Dátolo era capaz de disimular la ausencia del lesionado Riquelme y que la mística ganadora del conjunto ‘xeneize’ se mantenía intacta.
En contra, el desgaste físico de afrontar dos competencias en forma simultánea obligaron a su entrenador, Carlos Ischia, a recurrir nuevamente a la rotación y a dejar afuera de este partido a su goleador, Martín Palermo y al experimentado lateral Hugo Ibarra, ausencias importantes que se sumaron a las de los lesionados Juan Román Riquelme y el defensor Gabriel Paletta.
Quizás esa es la principal razón por la que a Boca le costó tanto generar peligro contra el arco defendido por Ramírez. Durante más de media hora, el conjunto ‘xeneize’ no pudo inquietar a un débil rival que, contrariamente a lo que podía especularse, lo complicó bastante, sin más argumentos que su voluntad.
Olimpo tuvo ganas e intentó mantener el orden, pero no pudo abrir el marcador, pese a disponer de más situaciones que los visitantes, porque erró en la definición. Josemir Lujambio, en dos ocasiones, pudo convertir de cabeza, pero en la más clara, falló increíblemente cuando estaba sólo dentro del área chica. Su cabezazo se fue por encima del travesaño. También pudo convertir Rogelio Martínez, con un remate de media vuelta, en una jugada preparada a la salida de un tiro libre.
Boca manejó la pelota con prolijidad, pero no generó peligro. Tanto que sus mejores ocasiones llegaron por errores de Olimpo: a los 20 minutos, Iturralde intentó pasarle el balón a su arquero con la cabeza, pero se la devolvió con mucha fuerza y casi convierte en contra de su valla. Y del córner subsiguiente, Dátolo encontró a toda la defensa “dormida” y sorprendió con su remate, que casi conecta Boselli, en el rebote.
Hasta que a los 35 minutos, apareció el verdadero Boca. Primero, Palacio quedó mano a mano con Ramírez, pero el arquero tapó su intento con un ’manotazo’. Y a los 36 minutos, Gracián apareció por la derecha, bajó la pelota dentro del área, frenó, hizo pasar a un defensor con su amague y definió con zurda, cruzado, para establecer el 1-0.
Pareció que Boca se lo llevaba por delante en el arranque del complemento. A los 6 minutos, Gracián armó una gran jugada individual y asistió hacia la derecha al colombiano Vargas, quien sacó un potente remate que rechazó con esfuerzo Ramírez y un minuto después, Battaglia se “vistió” de Riquelme y dejó sólo a Palacio, quien se movió en diagonal dentro del área y remató cruzado, desde la derecha. La fortuna no quiso que el ‘xeneize’ ampliara su ventaja, porque la pelota se estrelló en el palo derecho, el rebote lo tomó Boselli, quien alcanzó a tocar el balón, muy incómodo y marcado por Araujo, pero la pelota dio ahora en el palo izquierdo.
Olimpo reaccionó y fue en búsqueda del empate. Entonces, el encuentro se volvió realmente entretenido, con muchas emociones y situaciones de peligro para los dos equipos. A los 11m. González disparó cruzado, de media vuelta, y la pelota salió apenas junto al palo derecho; a los 20m. respondió Boselli, con un cabezazo, sólo y en el centro del área, pero encontró bien parado a Ramírez y a los 24m. Ulloa probó con un derechazo bajo que detuvo con esfuerzo Caranta.
La sensación inequívoca en Bahía Blanca era que el resultado estaba abierto para cualquiera: Boca podía “liquidarlo”, Olimpo podía empatarlo. La hazaña esta vez fue de los locales, que a falta de diez minutos para el final, alcanzaron la igualdad, con un cabezazo de Lujambio. Encima, se animó todavía más el local, que fue en busca del triunfo y quedaron los espacios para el contragolpe de Boca. Un gran espectáculo, de ida y vuelta. Hasta que llegó el final: un justo empate, con sabor a triunfo para los bahienses, con gusto amargo para los ‘xeneizes’.
Fuente: Telam