Según señala este miércoles el diario Sport, el Consejo de Administración, reunido en la sede de la fábrica, confirmo a Luca Cordero di Montezemolo como presidente y a Piero Ferrari como vicepresidente, según un comunicado hecho público tras la reunión.
Al parecer, Montezemolo, que hasta ahora alternaba su cargo en Ferrari con la presidencia de la patronal italiana, dejó este último puesto, por lo que se reincorpora ejecutivamente a la empresa, dejando sin ‘trabajo’ al francés.
Según la nota, Todt seguirá como miembro del consejo de administración, encargado de la casa para Asía Pacífico (su mujer es una famosa actriz malaya) y para Europa Occidental, además de representar a Ferrari en la FIA.
Todt entró en Ferrari en 1993, como director de gestión deportiva. En 2004 fue nombrado director general y en 2006 consejero delegado. Bajo el mando del francés, Ferrari ha ganado siete títulos mundiales de constructores y 98 grandes premios.
Según la misma nota, abandona el cargo para dedicarse a cuestiones privadas y, según todos los indicios, su primer decisión ha sido la de presentarse, el próximo fin de semana, en el Gran Premio de Malasia, aunque se descartó absolutamente su retorno a la F1, a cuya familia, la noticia la encontró durmiendo en las antípodas. Sin embargo, las interpretaciones se sucedieron a ritmo de vértigo.
En primer lugar, y como poco, sorprende que la decisión, sea de quien sea, se haya tomado sólo 48 horas después de haberse iniciado el Mundial, en el que la Scuderia partía como favorita inabordable y que, en cambio, comenzó con el mayor ridículo desde 1994: con los dos coches rotos. Es posible que se haya descubierto un error irreparable en el desarrollo del F2008 y que Todt haya pagado las consecuencias.
Otra interpretación podría ser la intención, cada vez más firme, de Ferrari de fichar para 2009 a Fernando Alonso. De todos es sabido que, hasta ahora, el principal impedimento para que el español acabara a los mandos de un Ferrari era el francés, que siempre se ha mostrado contrario.