«El deporte les habla a los jóvenes en un lenguaje que ellos entienden. El deporte puede crear esperanza donde antes sólo había desesperación. Es más poderoso que el gobierno en cuanto a romper las barreras raciales», dijo alguna vez Nelson Mandela, un hombre que fue capaz de unir a gran parte de la población sudafricana.
Seguramente, la acción que más se recuerde de Mandela en relación con el deporte, sea su aparición en el Ellis Park de Johannesburgo, en la tarde del 24 de junio de 1995. Ante él, 65 mil espectadores, en su mayoría blancos, que esperaban la final del Mundial de Rugby de ese año entre la selección local y los All Blacks.
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El rugby fue fundamental en la unión del pueblo sudafricano, hoy el seleccionado sudafricano luce el número 46664 en la manga de su casaca como homenaje a Mandela, ese fué el número de preso en su larga condena.
Con una camiseta de los Springboks, el líder sudafricano fue recibido con un silencio incómodo al comienzo, pero después fue aplaudido a rabiar por todo el estadio, seguido de un coro que repetía: «Nelson, Nelson, Nelson».
Aquella noche, tras el triunfo ante All Blacks por 15-12 en tiempo extra, todo el país -blancos y negros- se unió por primera vez en una celebración deportiva que eliminó por un momento las tensiones que vivía. Y allí estuvo Mandela, todo un símbolo.
Más tarde, se viviría otro capítulo, cuando la unidad del pueblo sudafricano fue otra vez utilizada para organizar la Copa del Mundo de 2010.
Este jueves, a los 95 años, Mandela murió, y con él también el mundo del deporte perdió a un gran actor a lo largo de su historia.
Fuente: La Voz
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