El gobierno de Colombia y las Farc oficializaron hoy la mesa de diálogo con la que buscan terminar medio siglo de conflicto armado, con un pronuciamiento conjunto primero y luego en sendas conferencias por separado, en las que exhibieron algunas diferencias, y precisaron que la conversación continuará desde noviembre en La Habana, Cuba.
En la ciudad noruega de Hurdal, en las afueras de Oslo, delegados del Ejecutivo y las Farc firmaron y leyeron un documento que los compromete a no levantarse de la mesa de diálogo hasta que no se logre alcanzar un acuerdo «sensato y real» por la paz.
Después, el gobierno afirmó que limitará la discusión a los 5 puntos de la agenda acordados en meses de negociaciones y condicionó la continuidad de las charlas a que existan «avances concretos». «No somos rehenes de este proceso», dijo el ex vicepresidente Humberto de la Calle, cabeza de la delegación gubernamental.
Un rato antes, las Farc subrayaron que la paz «no consiste solo en silenciar los fusiles, sino en lograr una profunda transformación del Estado, que debe incluir cambios económicos, sociales y militares» y rechazaron, a través de Iván Márquez, una negociación con plazos acotados.
Los dos pronuciamientos fueron horas después de la exposición de los acuerdos preliminares, con la presencia de las dos partes y representantes de Noruega y Cuba, estados facilitadores del nuevo proceso de paz, según reportes de DPA, EFE, Prensa Latina y los diarios colombianos El Tiempo y El Espectador.
Los representantes en las conversaciones de Cuba, Abel García, y de Noruega, Dag Nylander, leyeron el comunicado en el que informaron del inicio de la segunda fase de las conversaciones, tras la primera etapa de aproximaciones que las dos partes llevaron a cabo en La Habana desde el pasado febrero.
Por un acuerdo. Además, durante la reunión los dos equipos negociadores firmaron el documento que los compromete a no levantarse de la mesa de diálogo hasta que no se logre alcanzar un acuerdo «sensato y real» por la paz.
Por parte del gobierno de Juan Manuel Santos negocian el exvicepresidente De la Calle; el líder de la patronal colombiana Luis Carlos Villegas; los generales retirados de la Policía Nacional y del Ejército Oscar Naranjo y Jorge Mora, respectivamente; el exconsejero de paz Frank Pearl y el actual comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo. Naranjo hoy estuvo ausente.
La delegación de las Farc incluye a Iván Márquez, miembro del Secretariado de la organización; Luis Alberto Albán (alias Marco León Calarcá), Ricardo Téllez (Rodrigo Granda) y Jesús Carvajalino (Andrés París).
De la Calle afirmó en su exposición que el objetivo del proceso de paz no es que «las Farc depongan sus ideas, sino de que las puedan expresar sin el apoyo de las armas en un ámbito democrático que contenga a todas las expresiones políticas».
Sobre la paz. Por su parte, Márquez afirmó que la guerrilla acude a la mesa de negociación «con un sueño colectivo de paz y con un ramo de olivo en las manos», y manifestó que la organización quiere «buscar la paz con justicia social por medio del diálogo».
La etapa siguiente se llevará a cabo a partir del 15 de noviembre en La Habana, donde las partes negociarán los cinco puntos de la agenda: el problema agrario (el primero a discutir), la participación política, el fin del conflicto, el narcotráfico y la situación de las víctimas.
En su conferencia, De la Calle -único vocero de parte del Ejecutivo- indicó que se reserva el derecho a «examinar periódicamente el avance de esas conversaciones», explicó que «el proceso comenzó mucho antes con una agenda que debe regir de aquí en adelante» y fue tajante en afirmar que «los temas que no pertenezcan a esa agenda no serán discutidos por el gobierno».
Además, ratificó que durante las conversaciones no habrá despeje militar ni cese del fuego, que se producirá sólo en el momento final de la terminación del conflicto armado, e insistió en que «lo esencial» para la delegación es que «la política no puede hacerse con las armas».
Consultado sobre una eventual amnistía para los integrantes de las Farc, De la Calle señaló que el gobierno está «en condiciones de encontrar acuerdos para la transformación de las Farc en una fuerza o partido político», pero habrá que «encontrar decisiones en materia judicial en el marco de un proceso de justicia transicional» para tratar a los integrantes de la guerrilla.
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